La guerra convirtió la Franja de Gaza en un lugar “inhabitable” donde la población, atrapada en la ofensiva lanzada por Israel contra el movimiento islamista Hamás, “muere de hambre”, advirtieron el miércoles dos agencias de la ONU.
“Los civiles de Gaza no son parte de este conflicto y deben ser protegidos” porque “es una población que se muere de hambre (...), que está al borde del abismo”, alertó el director del programa de emergencias sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, Michael Ryan.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) señaló por su lado que la guerra convirtió al territorio palestino de casi 2.4 millones de habitantes en un lugar “inhabitable”, donde “el 50% de las estructuras (...) están dañadas o destruidas”.
El conflicto se desató el 7 de octubre con la incursión de comandos islamistas que mataron a unas 1,140 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a cerca de 250 en el sur de Israel, según un balance de la AFP a partir de datos oficiales israelíes.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre para “aniquilar” a Hamás, en el poder en Gaza, que dejó hasta el momento casi 27,000 muertos, en su mayoría mujeres, niños y menores, según el Ministerio de Salud del territorio palestino.
También impuso un estricto bloqueo al aprovisionamiento de alimentos, agua, medicamentos y energía de este territorio de 362 km2.
El ejército anunció este miércoles que 224 de sus soldados murieron durante su operación terrestre, iniciada el 27 de octubre.
El epicentro de la ofensiva se halla actualmente en Jan Yunis, en el sur de la Franja. Disparos de artillería apuntaron al hospital Nasser, donde hay miles de civiles refugiados, indicaron testigos. El personal del hospital al Amal también informó de combates cercanos.
La situación “empeora en estos dos hospitales”, indicó el Ministerio de Salud, que teme “la muerte de varios heridos”.
“Hemos abandonado el hospital Nasser bajo las bombas. No sabíamos adónde ir. Estamos [...] abandonados a nuestra suerte”, contó una mujer que huyó hacia Rafah, a unos 20 km más al sur.
Según el ejército israelí, las operaciones en Jan Yunis permitieron eliminar a “decenas de terroristas” y destruir “un taller de fabricación de armas”.
Al menos 150 personas murieron en las operaciones israelíes en todo el territorio en las últimas 24 horas, precisó el Ministerio de Salud de Hamás.
Propuesta de tregua en tres fases
Estados Unidos, Egipto y Catar intentan convencer a Israel y Hamás de pactar una nueva tregua, después de la de una semana a finales de noviembre que permitió la liberación de un centenar de rehenes en Gaza a cambio de 240 presos palestinos encarcelados en Israel.
El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, instalado en Catar, irá este miércoles o el jueves a El Cairo para hablar de la propuesta de tregua formulada el fin de semana durante una reunión en París entre el director de la inteligencia estadounidense, William Burns, y responsables egipcios, israelíes y cataríes.
Una fuente de Hamás indicó que el movimiento islamista examina una propuesta que consta de tres fases: la primera incluiría una tregua de seis semanas durante la cual Israel liberaría a entre 200 y 300 prisioneros palestinos a cambio de 35 a 40 rehenes. Entre 200 y 300 camiones de ayuda humanitaria podrían entrar además cada día en Gaza.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, regresará a Oriente Medio “en los próximos días”, afirmó un funcionario estadounidense, sin especificar qué países visitará.
“Columna vertebral” de ayuda
Hamás exige un alto el fuego total como condición previa a cualquier acuerdo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, marcó el martes líneas rojas a cualquier acuerdo: “No retiraremos al ejército de la Franja de Gaza ni liberaremos a miles de terroristas. Nada de eso ocurrirá”, afirmó.
Según la ONU, 1.7 millones de gazatíes han huido de sus hogares desde el inicio de la guerra, de los cuales más de 1.3 millones se hacinan en Rafah, cerca de la frontera cerrada con Egipto, por el avance de los combates.
Las operaciones de ayuda a los civiles de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) peligran desde que Israel acusara a una decena de sus empleados de estar implicados en el ataque del 7 de octubre.
Las acusaciones israelíes empujaron a trece países a suspender su financiación y este miércoles, el secretario general de la ONU, António Guterres, recalcó que la UNRWA es la “columna vertebral” de la ayuda a Gaza.
Por la noche, Netanyahu insistió en que esa agencia de la ONU fue “totalmente infiltrada” por Hamás.