El mayor desafío al que se enfrenta la economía europea en recuperación es si las autoridades pueden implementar los cambios necesarios para transformar su potencial, según Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo.
La inigualable ayuda monetaria y fiscal, y un mayor ritmo de inoculación llevaron a la región a un punto en el que se está “recuperando más rápidamente de lo que habíamos anticipado”, dijo Lagarde en el programa “The David Rubenstein Show: Peer-to-Peer Conversations” en Bloomberg Television. Ahora se espera que la eurozona alcance los niveles de producción prepandemia antes de final de año.
Una prueba fundamental ahora depende de las medidas de la Unión Europea para reducir la antigua disparidad entre países del norte y del sur, disminuir las desigualdades exacerbadas por la pandemia y ayudar en la transición hacia una economía más sostenible desde el punto de vista medioambiental, observó Lagarde.
“El mayor desafío siempre es cumplir”, dijo. “Se trata de orientar el financiamiento hacia la inversión adecuada, asegurarse de que las economías se recuperen de forma apropiada, con las reformas estructurales correctas que mejoren la productividad de esas economías, que las posicionen para ser más digitales y más verdes”.
Los comentarios de la presidenta del BCE citan los problemas que aquejaban a la economía europea incluso antes de la pandemia durante una década en la que las débiles presiones inflacionarias obligaron al BCE a mantener una política monetaria ultraflexible.
Lagarde, cuyo mandato comenzó a fines del 2019, dio a conocer su mayor medida de estímulo hasta la fecha con un programa de compra de bonos de la crisis de 1.85 billones de euros (US$ 2.2 billones).
Coordinación de la crisis
Elogiando la “buena coordinación” de los Gobiernos europeos en el punto álgido de la emergencia, Lagarde expresó su esperanza de que aprendan de esa experiencia. Destacó el paquete de recuperación sin precedentes de la región por valor de 750,000 millones de euros, que incluye una combinación de préstamos y subvenciones destinadas a estimular el crecimiento.
El fondo “ayudará a que los países converjan mejor y reducirá la brecha que existía entre algunos de los países del sur de Europa y los del norte de Europa”, dijo. “Ciertamente, esa es la intención”.
Un desafío importante también será revertir los daños en algunos segmentos del mercado laboral, donde las mujeres y los jóvenes figuran entre los más vulnerables a perder sus trabajos, dijo. Eso refleja las preocupaciones de otros bancos centrales, como la Reserva Federal, de que el repunte económico mundial tardará en llegar a los más afectados por la crisis.
La semana pasada,autoridades del BCE desaceleraron el ritmo de compra de bonos pandémicos, juzgando que la recuperación se podría mantener con un poco menos de apoyo.
Lagarde advirtió que aún es demasiado pronto para discutir nuevos pasos para reducir el apoyo, ya que la economía continúa enfrentando incertidumbre debido a las variantes del coronavirus y los choques de oferta.