Menos de la mitad de las personas que sufren algún desorden mental recibe atención médica, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), que consideró que este dato es particularmente preocupante en tiempos en que el miedo y la incertidumbre causadas por la pandemia han aumentado la demanda por este tipo de servicios.
La OMS publicó su Atlas sobre Salud Mental, que indica que en el 2020 sólo el 51% de sus 194 Estados miembros tenía un plan nacional de salud mental en concordancia con estándares internacionales de derechos humanos, mientras que el 52% tenía programas de prevención y promoción de la salud mental.
En ambos casos, los países de la OMS se habían trazado la meta de llegar a un 80% el año pasado.
En cambio, se ha conseguido una reducción de 10% de la tasa global de suicidios, aunque solo 35 entre 194 países tienen estrategias de prevención en este ámbito.
La inversión destinada a la salud mental también está estancada desde hace años en una media de 2% del total de los presupuestos públicos de salud.
Según los datos de la OMS, solo el 25% de países ha cumplido con integrar la salud mental en sus sistemas de salud primaria y el grueso de los recursos destinados a este fin (dos tercios del total) siguen siendo asignados a instituciones de salud mental.
Una buena noticia tiene que ver con el aumento del número de países donde el tratamiento de personas con distintos desórdenes mentales está incluido en los sistemas de seguridad social u otros mecanismos de reembolso, pasando del 73% en el 2017 al 80% en el 2020.
En términos de personal disponible, el Atlas indica que ha mejorado en algo el ratio global entre trabajadores de la salud mental y población, que ha pasado de 9 por cada 100,000 habitantes en el 2014 a 13 por cada 100,000 en el 2020.