La actual transición en la Presidencia de México -sale el 30 de setiembre Andrés Manuel López Obrador y llega el 1 de octubre Claudia Sheinbaum- llega en un punto idóneo para impulsar la transición energética en México sin ningún tipo de confrontación, afirmó Ramón Fiestas, presidente del Comité Latinoamericano del Global Wind Energy (GWEC).
“Hemos buscado un momento idóneo para apuntar las oportunidades que tiene ahora México con ese cambio de Gobierno y es precisamente en este periodo de la transición donde no hay abiertamente ningún tipo de confrontación”, señaló en entrevista en el marco del congreso ‘México Wind Power 2024′.
El presidente de GWEC para Latinoamérica señaló que este momento llega luego de seis años en los que la política del presidente López Obrador ha detenido proyectos en el sector de energías renovables.
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Asimismo, opinó que esta transición ocurre en un punto en el que la industria eólica puede ayudar a México a transitar a fuentes de energía limpia, en especial la generada a partir del viento.
Esto, dijo, al ser México el país de Latinoamérica que más contaminantes emite en la región.
“México tiene una responsabilidad inmensa en seguir avanzando en el camino la descarbonización, porque es el país más emisor de gases de efecto invernadero de América Latina”, apuntó.
Además, consideró que la energía eólica no es solo ya una opción tecnológica, sino que hora es una herramienta imprescindible para la transición energética en el país.
En este punto, señaló que los esfuerzos conjuntos son indispensables para cumplir las metas de generación eléctrica globales, donde México se ha comprometido a tener una matriz de generación por fuentes renovables del 35% del total para 2030.
“Justamente es este próximo Gobierno (2024-2030) el encargado de cumplir las metas globales de México para 2030 y es la administración donde se tiene que acreditar resultados”, recordó.
Fiestas advirtió que “no queda mucho tiempo” para lograr estos objetivos y enfatizó que “hay que poner en marcha políticas para poder combinar las inversiones en lo público y lo privado para poder desarrollar proyectos de energías renovables”.
También consideró que, de lograrse esta transición, México estará en posición de incluso exportar energía eléctrica a Centroamérica a través de la red de Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de Centroamérica (Siepac) y, en especial, hacia el mayor consumidor del mundo y su principal socio comercial: Estados Unidos.
“En el momento en que México tome de verdad las riendas de la reducción de emisiones contaminantes, se puede volver a convertir en un líder de energía eólica, como lo ha hecho en el pasado, donde México ha sido el segundo mercado eólico durante muchos años en la región”, expuso.
Recordó que México ha dado señales de competitividad en la región con los precios más bajos en todo el mundo y añadió que, aunque ven con un tono positivo la llegada de la nueva administración a cargo de Claudia Sheinbaum las recientes reformas para elegir jueces por el voto popular y desaparecer reguladores autónomos afectarán las inversiones en el sector energético mexicano con seguridad.
“(Las reformas) van a afectar en el sector energético con seguridad”, afirmó.
Fiestas agregó que se está generando “una percepción de riesgo para las inversiones muy superior al que se tiene ahora”, apuntó.
Además, alertó que la aversión al riesgo se traducirá en tasas financieras mas altas “para poder recuperar las inversiones en un plazo inferior (por las entidades financieras)”.
“Por lo tanto, en el momento en el que se libere la inversión en el sector energético, estas decisiones (las reformas) pueden implicar un encarecimiento del producto final, que es el kilovatio por hora”, agregó.