Recién casado y con su primer hijo en camino, Wang esperaba mudarse al apartamento que compró en la ciudad de Wuhan hace tres años, pero sus planes se fueron al traste por la creciente crisis inmobiliaria de China.
Con una deuda de US$ 300,000 y un apartamento lejos de terminarse, este trabajador de la industria automovilística, de 34 años, se hartó y decidió suspender los pagos de la hipoteca.
Es uno de los muchos compradores de viviendas en decenas de ciudades chinas que han dejado de reembolsar su hipoteca por temor a que las inmobiliarias, endeudadas y cortas de liquidez, no terminen sus casas.
“Dijeron que la construcción se reanudaría pronto. Pero no apareció ningún trabajador”, dice el hombre, que solo quiso identificarse con su apellido.
Residente en la capital, Wang tenía planeado mudarse a Wuhan, en el centro de China.
“No fue fácil para nosotros comprar esta casa. Todo vino de mis ahorros. Ahora no hay casa y todavía debemos dos millones de yuanes (US$ 300,000) en pagos de hipoteca”, lamentó.
Después de años de crecimiento explosivo alimentado por el fácil acceso a créditos, las autoridades chinas lanzaron en el 2020 una campaña para controlar la deuda excesiva.
Esto limitó las opciones de financiación para gigantes del sector como Evergrande, que se vieron en dificultades para reembolsar préstamos y reestructurar la enorme deuda acumulada.
Ahora se enfrentan a boicots de pago de las hipotecas contratadas y a la presión del gobierno para entregar las casas ya vendidas.
En Wuhan, capital de la provincia de Hubei, compradores como Wang aseguran que recibieron múltiples avisos de retraso de sus apartamentos del promotor Myhome Real Estate, que había prometido entregarlos a finales del 2021.
La firma avisó esta semana que liberó algunos fondos congelados y que espera completar el proyecto a fines del 2022.
Wang decidió suspender los pagos este mes. Las quejas a las autoridades de la ciudad -dice- no han servido para nada. “No hay esperanza en la vida si sigues así con los pagos”, asegura.
En el limbo
La “crisis de confianza” en el mercado inmobiliario chino apunta a fallos estructurales, dice Andrew Batson en un informe de Gavekal Dragonomics.
Debido a su elevada dependencia hacia los apartamentos que venden sobre plano, los promotores han desarrollado un modelo de negocio que expone a los compradores al riesgo de no ver sus casas completadas, explica.
Cuando las firmas, con unas finanzas constreñidas, han paralizado la construcción de proyectos, “estos riesgos se han materializado dramáticamente”.
Esta crisis ha dejado a los compradores en el limbo. “Pensé que nunca ocurriría”, dice un comprador de Wuhan, de apellido Hu, cuya casa está por terminar.
El joven de 25 años explica que su familia se endeudó para ayudarle con el pago inicial de un piso de tres habitaciones en el 2018, en momentos en que Wuhan animaba a los jóvenes a mudarse a la ciudad.
“Todo el mundo compraba propiedades. La gente competía por ello”, dice.
Otro joven comprador, de apellido Xue, asegura que casi todo su salario está destinado ahora a pagar el alquiler y la hipoteca. “No quiero pagar más”, lamenta el chico de 24 años.
“No es que no respete la ley o los contratos, pero esta situación nos pone bajo demasiada presión”, afirma.
La familia de Xue adelantó 800,000 yuanes (US$ 120,000) por el piso y él firmó un crédito de 600,000 yuanes (US$ 90,000) que lleva dos años reembolsando sin disponer todavía de su propiedad.
Estos compradores en Wuhan señalaron que ha habido protestas en la ciudad por proyectos ya vendidos y no terminados.
Círculo vicioso
Según un documento llamado “NecesitamosCasa”, compradores de unas 100 ciudades y de unos 300 proyectos inmobiliarios distintos se sumaron a la campaña de boicot de pago de las hipotecas.
Muchos están en la capital provincial de Henan, Zhengzhou, donde las autoridades pusieron en marcha un fondo para ayudar a las promotoras a terminar sus proyectos.
También ha habido acusaciones de mala gestión financiera y algunas ciudades pidieron a los bancos que refuercen el control de las cuentas de depósito, según medios locales.
Analistas de la firma financiera Nomura estiman que los promotores inmobiliarios chinos han entregado solamente un 60% de las unidades que vendieron sobre plano entre el 2013 y 2020. El monto de los préstamos hipotecarios pendientes de pago aumentó considerablemente.
Estos problemas se evidenciaron el año pasado cuando se supo de los problemas del gigante Evergrande para reembolsar su deuda, provocando temores a un colapso del sector que representa una cuarta parte de la economía de China.
Tommy Wu, economista principal de Oxford Economics, opina que esta pérdida de confianza en el sector agravará la crisis y puede llevar a “un círculo vicioso”, provocando una caída de ventas y precios de la vivienda que, a la vez, incrementará las dificultades de las empresas.