La economía europea se ve cada vez más afectada por la guerra de Rusia en Ucrania, ya que el crecimiento se estanca, la confianza se desploma y la inflación se dispara, dejaron claro los datos y las advertencias de las autoridades monetarias.
Las sanciones impuestas a Rusia tras su invasión del mes pasado han hecho que los precios de la energía alcancen máximos históricos en todo el continente, minando la confianza y aumentando el riesgo de otra recesión, incluso antes de que algunos estados se hayan recuperado de una recesión impulsada por el COVID.
Alemania, la mayor economía del bloque y una de las más dependientes de la energía rusa, será una de las más afectadas y el consejo de asesores económicos del gobierno redujo el miércoles en más de la mitad su previsión de crecimiento para este año, hasta el 1.8%.
“El riesgo de recesión es considerable”, dijo Volker Wieland, uno de los miembros del panel, añadiendo que la economía tardará ahora hasta el tercer trimestre en volver a su tamaño anterior a la pandemia
Los asesores, cuyas previsiones guían al gobierno en la fijación de la política fiscal, también predijeron que la inflación alemana se duplicaría hasta superar el 6%.
Mientras el gobierno ponía en marcha un plan de emergencia para un posible racionamiento de gas en caso de que se interrumpa o corte el suministro desde Rusia, Wieland afirmó que Alemania debería trabajar para acabar con su dependencia de la energía rusa, posiblemente mediante un programa de energía nuclear más largo de lo previsto.
Esto haría subir la inflación por ahora, pero mejoraría la seguridad del país a largo plazo y la estabilidad de la economía, afirmó.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, también advirtió que, a medida que el conflicto se prolongue, la economía europea podría sufrir más de lo que se temía hace unas semanas.
“Cuanto más dure la guerra, más altos serán los costes económicos y mayor será la probabilidad de que acabemos en escenarios más adversos”, señaló en un discurso.
En Viena, el banco central de Austria recortó su previsión de crecimiento y elevó bruscamente sus perspectivas de inflación para este año, afirmando que sus nuevas predicciones empeorarían aún más si la guerra se prolonga.
Lagarde afirmó que los hogares ya se están volviendo más pesimistas y las empresas podrían posponer pronto la inversión.
Su advertencia fue subrayada por un indicador de confianza que mostró que la guerra había hecho caer en picado la confianza de los consumidores en la zona euro y las expectativas de inflación alcanzaban máximos históricos.
En España, una de las mayores economías del bloque, la inflación se aceleró hasta 9.8% en marzo, el ritmo más rápido desde mayo de 1985, desde 7.6% de febrero.
Por su parte, el crecimiento de los precios en Alemania superó las expectativas y alcanzó 7.6%, un nivel que no se veía desde principios de los años ochenta, lo que sugiere que la lectura de la zona euro del viernes superará casi con seguridad la previsión de los economistas de 6.6%.
“Esas cifras de inflación fueron absolutamente sorprendentes, una gran sorpresa al alza”, comentó Chris Scicluna, jefe de investigación de Daiwa Capital Markets.