Tras rastrear bosques y praderas al oeste de Kiev, una unidad especial ucraniana encuentra finalmente lo que buscaba: el cadáver de un soldado ruso para conservarlo y eventualmente repatriarlo a su país.
Desde hace semanas, equipos integrados por civiles y militares trabajan conjuntamente para recuperar los cadáveres de los combatientes rusos en campos, bosques y edificios destruidos en la periferia de la capital ucraniana.
“Si los rusos no hacen lo que deben hacer por honor, nosotros lo haremos por respeto a los muertos”, declara un soldado que responde al nombre de guerra “Mukhomor” instantes antes de desenterrar el cuerpo del militar fallecido.
“Poco importa si es el enemigo o no, nosotros no juzgamos. Son las reglas del derecho humanitario internacional”, añade.
La periferia de Kiev fue escenario de violentos combates desde la invasión iniciada el 24 de febrero por el ejército ruso, que se topó con la resistencia encarnizada de las fuerzas ucranianas.
Pero a finales de marzo, las tropas de Moscú se replegaron de sus posiciones en los alrededores de la capital, donde Ucrania las acusa de haber perpetrado masacres contra civiles.
Hasta ahora, más de 200 cadáveres rusos han sido recuperados por estos grupos especiales, en su gran mayoría en los alrededores de Kiev.
Cinta blanca en el brazo
En el pueblo de Zavalivka, 60 km al oeste de la capital, un equipo de la policía científica perimetra la zona alrededor de una fosa poco profunda.
La AFP acompaña a uno de estos equipos de búsqueda en el marco de un viaje de prensa organizado por el ejército ucraniano.
Los habitantes aseguran que el soldado ruso resultó herido y pedía agua antes de ser asesinado por sus compañeros que acabaron retirándose del lugar. AFP no pudo verificar estas declaraciones.
“Lo dejaron cerca de la tienda. Y después, nuestros chicos lo enterraron”, declaró Keterina Karobchuk, una residente de Kavalivka de 79 años.
Sus restos fueron sepultados apresuradamente en un bosque antes de la llegada de las fuerzas ucranianas, que estaban limpiando los alrededores del pueblo durante una operación de desminado.
Karobchuk asegura que el cadáver fue hallado algo más tarde por su perro. Ya en descomposición, las piernas del cadáver, congeladas, parecían retorcerse sobre el torso.
“Sed prudentes, no queremos perder nada, ni dañarlo”, declaró un miembro del equipo de cinco personas, vestidos con trajes de protección, tras encontrar la ubicación exacta del cadáver.
Una vez limpiada cuidadosamente la tumba, el equipo inspecciona los restos y ata una cinta blanca en su brazo derecha para señalar su pertenencia al ejército ruso.
Vagones frigoríficos
Una vez colocados los cuerpos en bolsas mortuorias, se apilan en vagones frigoríficos.
El emplazamiento de las morgues móviles es un secreto bien guardado por Kiev. Sus autoridades temen un ataque aéreo ruso contra lo que, según ellos, constituye un número creciente de pruebas de “crímenes de guerra” de Moscú.
“Tienen un bonito cuento de hadas que dice que no dejan atrás a sus soldados muertos y bien, es de verdad un cuento de hadas”, dice el coronel Volodimir Liamzin.
Según él, Moscú no mostró ninguna intención de facilitar el regreso de sus muertos a pesar de los esfuerzos de las autoridades ucranianas.
“Estarán guardados en nuestros vagones frigoríficos móviles el tiempo que sea necesario”, dijo Liamzin, que supervisa este operativo.
“Si Rusia no los repatria, en un tiempo determinado, nuestro gobierno adoptará una resolución y estos cuerpos serán enterrados aquí en Ucrania. Los que podamos identificar serán enterrados con su propio nombre. Los que no, serán enterrados como soldados desconocidos, añade.