Medio siglo después del fin de la era Apolo de la NASA, la tan esperada apuesta de la agencia espacial estadounidense por volver a llevar a los astronautas a la superficie lunar está al menos a tres años, con gran parte del hardware necesario todavía en la mesa de diseño.
Pero la NASA pretende dar un salto de gigante a sus ambiciones lunares con un lanzamiento el próximo lunes en Florida de un megacohete de nueva generación: el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) y la cápsula de tripulación Orion.
La nave combinada SLS-Orion despegará desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, enviando la cápsula sin tripulación alrededor de la Luna y de vuelta a la Tierra en un vuelo de prueba de seis semanas llamado Artemisa I.
“Estamos listos para el lanzamiento”, dijo el administrador asociado de la NASA, Bob Cabana, antiguo piloto y comandante de transbordador espacial, en una sesión informativa celebrada a última hora del lunes tras la revisión de la preparación de la misión.
El viaje tiene por objeto someter al vehículo SLS, considerado el cohete más complejo y potente del mundo, a una rigurosa prueba de sus sistemas durante un vuelo real antes de considerarlo listo para transportar astronautas.
El SLS representa el mayor sistema de lanzamiento vertical que ha construido la NASA desde los cohetes Saturno V que volaron durante el programa lunar Apolo en las décadas de 1960 y 1970.
Tras más de una década de desarrollo, con años de retrasos y miles de millones de dólares de sobrecostos, la nave SLS-Orion ha costado hasta ahora a la NASA al menos US$ 37,000 millones, incluyendo el diseño, la construcción, las pruebas y las instalaciones en tierra.
El administrador de la NASA, Bill Nelson, ha calificado el programa Artemisa como un “motor económico”, señalando que solo en el 2019, por ejemplo, generó US$ 14,000 millones en comercio y apoyó 70,000 empleos estadounidenses.
El Congreso ha aumentado constantemente el presupuesto de la NASA para incluir fondos para Artemisa. Entre los mayores beneficiarios financieros están los principales contratistas de SLS y Orion: Boeing Co y Lockheed Martin Corp, respectivamente.
El programa Artemisa de la NASA, que lleva el nombre de la diosa que era la hermana gemela de Apolo en la antigua mitología griega, tiene como objetivo devolver a los astronautas a la Luna en el 2025 o después, y en el largo plazo establecer una colonia lunar como paso previo a futuros viajes a Marte.
“Incluso con este retraso y el aumento del presupuesto, es dudoso que la NASA aterrice con humanos en la Luna en el 2025, pero si todo va bien, podría ocurrir en los próximos años”, dijo a Reuters Lori Garver, que fue administradora adjunta de la NASA durante la concepción del cohete.