Rusia y Ucrania están inmersas en una crisis que amenaza con provocar un nuevo conflicto militar por las acusaciones de que el gobierno de Vladimir Putin está preparando una invasión de su vecino prooccidental.
Las tensiones actuales tienen raíces históricas. He aquí un resumen en cinco capítulos.
Raíces comunes
Los dos países comparten una historia milenaria, que se remonta al llamado Rus de Kiev, un principado que existió desde el siglo IX hasta el XIII.
Esta entidad se encontraba a caballo entre la Rusia contemporánea, Ucrania y Bielorrusia. Moscú considera esta zona como su cuna.
En un texto publicado en julio, Putin afirmó que “rusos y ucranianos son una sola nación” que pertenece a “un mismo espacio histórico y espiritual”.
En su conferencia de prensa anual, afirmó que Ucrania había sido “creada por Lenin” en los primeros años de la Unión Soviética, una forma de negar las especificidades de esta nación, que presentó como artificial.
Dos lenguas
Moscú acusa periódicamente a las autoridades de Kiev de querer “desrusificar” su país favoreciendo la lengua ucraniana.
Ucrania replica que solo está corrigiendo la rusificación forzada bajo el Imperio Ruso y la Unión Soviética.
El ucraniano y el ruso, que pertenecen a la misma familia de lenguas eslavas orientales, tienen muchas similitudes, pero también diferencias.
El ucraniano domina en el oeste y el centro de Ucrania, y el ruso en el este y el sur.
Después de la independencia de Ucrania tras la caída de la URSS en 1991, el ucraniano se convirtió en la única lengua estatal.
Aunque los ucranianos son mayoritariamente bilingües, el ucraniano está considerado la lengua materna por el 78% de la población y el ruso por el 18%, según una encuesta reciente.
Pero el uso del ruso ha disminuido en respuesta a la anexión de Crimea por parte de Moscú, y una ley aprobada en el 2019 exige la ucranización de varios sectores, como el comercio y los servicios.
Hambruna
Entre los principales hechos históricos en disputa entre Rusia y Ucrania está el “Holodomor”, la gran hambruna que mató a varios millones de personas en 1932 y 1933 en Ucrania.
Tanto Kiev como los historiadores califican esta tragedia de “genocidio” orquestado por Stalin contra el pueblo ucraniano que se resistió a la colectivización de la tierra.
Pero Moscú y otros historiadores rechazan esta caracterización, situando los acontecimientos en el contexto más amplio de las hambrunas que también se cobraron muchas víctimas en Asia Central y Rusia.
Es poco probable que esta controversia disminuya porque el Kremlin, que defiende una visión glorificada de la historia rusa, intenta restar importancia a los crímenes estalinistas.
Las divisiones del Donbás
El Donbás, una región del este de Ucrania, es el epicentro del conflicto que enfrenta a las fuerzas de Kiev con los separatistas prorrusos respaldados por Moscú desde el 2014. Esta cuenca minera e industrial es económicamente vital para Ucrania.
También está en el centro de una batalla cultural entre Kiev y Moscú, que argumenta que la región, junto con gran parte del este de Ucrania, está poblada por rusoparlantes que necesitan ser protegidos del nacionalismo ucraniano.
Sin embargo, la rusofilia de la región se debe, al menos en parte, a la rusificación y repoblación forzadas de la región tras la Segunda Guerra Mundial, con la llegada de cientos de miles de trabajadores rusos.
Esta afluencia, junto con las víctimas de la guerra y del Holodomor, cambió el equilibrio étnico y cultural.
La situación en Crimea
Aún más compleja es la situación en Crimea, anexionada por Moscú en el 2014 tras una revolución prooccidental en Ucrania.
En Rusia, la península está considerada como parte integrante del país.
Bajo la URSS, generaciones de rusos pasaron sus vacaciones allí, lo que contribuyó a desarrollar un fuerte apego a la región.
Crimea fue parte del Imperio Ruso desde el siglo XVIII y luego, bajo la Unión Soviética, estuvo integrada en Rusia hasta que se anexionó a la Ucrania soviética en 1954 por un decreto de Nikita Jrushchov.
Su anexión por parte de Moscú no fue reconocida por la comunidad internacional y Ucrania exigió su devolución.