La Agencia Internacional de la Energía (AIE) va a establecer a partir del mes próximo un dispositivo de control cifrado de los compromisos asumidos por los países en la acción contra el cambio climático porque considera que la prioridad ahora es la aplicación real y efectiva de esos compromisos.
“Los objetivos están bien. Ahora los gobiernos tienen que hacer lo que dicen”, ha subrayado este martes su director ejecutivo, Fatih Birol, en una mesa redonda de alto nivel organizada en su sede de París en la que han participado, entre otros, el presidente de la COP28 que se celebró en Dubái, Sultan Al Yaber.
Birol ha explicado que, como en la AIE “nos gustan los números”, a partir del 1 de marzo se va a poner en marcha ese dispositivo cifrado para supervisar si hay diferencias “entre lo que se dice y lo que se hace”.
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En la COP28, que concluyó en diciembre, los casi 200 países participantes acordaron en particular el abandono progresivo de las energías fósiles para tratar de cumplir con el objetivo de limitar el calentamiento climático a 1.5 grados centígrados.
Al Yaber ha considerado que se consiguieron “logros históricos” y “sin precedentes,” y ha hecho hincapié en que por primera vez se ha establecido “una transición (energética) justa, ordenada y responsable”, lo que a su juicio prueba que “hay una voluntad y un camino” y también “que el multilateralismo está vivo”.
Sobre todo, el presidente de la COP28 ha señalado que ahora hay que aplicar esos compromisos, que “ese trabajo debe empezar ahora” sin dilación, y que va a necesitar más financiación, para lo cual el dinero público no será suficiente, sino que habrá que movilizar más capitales privados.
“Tenemos que conseguir billones (de dólares), no miles de millones”, ha señalado tras indicar que ahora parece que ya se ha conseguido con retraso la meta fijada en 2010 para que los países desarrollados dediquen US$ 100,000 millones anuales para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático.
Sobre esa cuestión de la financiación, Birol ha llamado la atención sobre el hecho de que aunque el pasado año se invirtieron US$ 1.8 billones para las energías limpias, una cifra que la AIE considera globalmente suficiente para los objetivos climáticos, únicamente un 15% de esa cantidad fue para los países emergentes y en desarrollo.
El director ejecutivo de este organismo que reúne a países ricos también ha querido poner el acento en la importancia que tienen las próximas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, en sus siglas en inglés) con las que se comprometen los gobiernos, y ha contado que ha recibido solicitudes de algunos para que les asistan con cifras y cálculos.
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En esta mesa de alto nivel ha participado por vídeoconferencia la secretaria nacional para el cambio climático de Brasil, Ana Toni, porque su país organizará la COP30 en 2025 y por tanto forma parte de la troika que se ha constituido junto a los representantes de la COP28 de Dubái y de la COP29 de Azerbaiyán.
En su intervención, Toni ha destacado que más allá de los objetivos que ya han presentado muchos países para la mitigación del cambio climático, ahora lo que hace falta son “planes detallados” acompañados de financiación. “La implementación -ha dicho- es lo que nos tiene que guiar ahora”.
El director de la AIE ha anunciado, por otra parte, que el 14 de mayo se organizará una conferencia para tratar de conseguir los US$ 4,000 millones que se ha calculado que serían necesarios para que en el África subsahariana pueda haber una transición a sistemas para cocinar ‘limpios’.
Se trata de evitar, esencialmente a las mujeres, los problemas sanitarios derivados de la contaminación que sufren al cocinar con leña o con residuos, una situación que afecta a cuatro de cada cinco familias de esa región.