El movimiento libanés Hezbolá afirmó este lunes que atacó una base naval y un cuartel israelíes, al día siguiente del letal ataque con drones contra una base militar al sur de Haifa que mató a cuatro soldados e hirió a más de 60 personas.
Tras meses de enfrentamientos transfronterizos entre Israel y el poderoso movimiento proiraní, aliado del palestino Hamás, el ejército israelí intensificó sus bombardeos aéreos en Líbano el 23 de septiembre y una semana después emprendió una ofensiva terrestre en el país vecino.
Este lunes, Hezbolá anunció haber atacado una base naval cercana a Haifa, en el norte de Israel, y un cuartel próximo a Netanya, una localidad costera al norte de Tel Aviv.
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El ejército israelí, en tanto, dijo que interceptó proyectiles procedentes de Líbano en el centro del país, y también dos drones que se acercaban desde Siria.
Además, Hezbolá también dijo que atacó a soldados israelíes en el pueblo de Marun al Ras, en el sur de Líbano, y que dispararon obuses contra tropas israelíes que intentaban “infiltrarse” en la zona fronteriza.
Los disparos de Hezbolá de este lunes se efectuaron al día siguiente del ataque más mortífero ocurrido en Israel desde el 23 de septiembre, que dejó cuatro soldados muertos y siete heridos en un campo de entrenamiento de la brigada Golani en Binyamina, al sur de Haifa, en el norte de Israel.
El jefe del Estado Mayor del ejército israelí, el general Herzi Halevi, admitió este lunes que se trata de un golpe “doloroso”.
Según United Hatzalah, una organización de rescatistas voluntarios, ese bombardeo con drones explosivos hirió a más de 60 personas.
El movimiento proiraní había advertido a Israel que el ataque “al sur de Haifa no [era] más que la antesala de lo que le espera si decide continuar con sus agresiones contra nuestro pueblo”.
Tras haber debilitado a Hamás en Gaza, Israel desplazó el grueso de sus operaciones a Líbano, y afirma que el objetivo es permitir el regreso de unos 60,000 israelíes desplazados del norte del país por los disparos de proyectiles del grupo islamista.
Estas operaciones, iniciadas el 23 de septiembre, han dejado desde entonces más de 1,300 muertos en Líbano, según un recuento de AFP, y cerca de 700,000 desplazados, según la ONU.
“Inmediatamente”
El Ministerio de Salud libanés afirmó el lunes que Israel “continúa tomando por blanco a los equipos médicos, de rescate y paramédicos” y denunció un bombardeo efectuado la víspera contra un “centro médico” de Sidikkin, en el sur del país, que dejó un muerto.
Los combates en Líbano también alcanzaron la fuerza de paz de la ONU desplegada en el sur de Líbano, la Finul.
El organismo acusó al ejército israelí de disparos “repetidos” y “deliberados” en su contra, y el domingo denunció unas “escandalosas violaciones” de sus posiciones, después de que dos tanques israelíes entraran “por la fuerza” en una de ellas.
El ejército israelí indicó que uno de sus tanques “que intentaba evacuar a soldados heridos [...] chocó con un puesto de la Finul”.
El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, cuyo país tiene cascos azules desplegados en Líbano, aseguró este lunes que las tropas de la Finul no se retirarían y criticó a su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, por haber exigido a la ONU la víspera que pusiera a sus soldados “fuera de peligro inmediatamente”.
“Los ataques contra las fuerzas de paz violan el derecho internacional... (y) pueden constituir un crimen de guerra”, señaló el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
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Tensiones con Irán
Tanto la guerra entre Hamás y el ejército israelí en Gaza como el conflicto en Líbano han ido acompañados de una escalada entre Israel e Irán, que lanzó cerca de 200 misiles contra su archienemigo el 1 de octubre. Un ataque que los dirigentes israelíes amenazan con responder.
Estados Unidos anunció el despliegue de un sistema de defensa antimisiles de gran altitud THAAD en Israel, para apoyar a ese país contra Teherán.
En la Franja de Gaza, donde Israel lanzó una intensa ofensiva en respuesta al ataque de combatientes de Hamás el 7 de octubre en el sur de su territorio, el ejército israelí indicó este lunes temprano que había bombardeado un “centro de mando y de control que se ubicaba dentro de un complejo que solía albergar el hospital Mártires de Al Aqsa”, en la ciudad de Deir el Balah, en el centro de la Franja.
La Defensa Civil de Gaza dijo que el ataque dejó cuatro muertos y numerosos heridos, y destacó que era la séptima vez que un bombardeo alcanzaba las “tiendas de desplazados” que hay dentro de ese hospital.
En su ataque del 7 de octubre de 2023 en suelo israelí, Hamás mató a 1,206 personas, la mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes y que incluye a los rehenes muertos o asesinados en cautiverio en Gaza.
Al menos 42,289 palestinos, mayoritariamente civiles, han muerto en la ofensiva israelí en el territorio, según datos del ministerio de Salud gazatí, que la ONU considera fiables.