El Gobierno del Reino Unido trabaja contra reloj para tener listo un sistema de detección y trazabildad de contagios del COVID-19 antes del 1 de junio, cuando Inglaterra prevé pasar a la siguiente fase de la desescalada y comenzar a reabrir algunas escuelas.
Diversos responsables sanitarios han criticado una falta de coordinación para diseñar e implantar el sistema.
Hasta ahora en torno al 17% de los londinenses y el 5% del conjunto de los británicos ha pasado la enfermedad, según se desprende de un estudio con test de anticuerpos que ha divulgado el Gobierno.
El Ejecutivo del conservador Boris Johnson ha comenzado a formar a algunas de las 24,000 personas que ha contratado para que entrevistan por teléfono a partir de junio a posibles contagiados y detectar a individuos que hayan podido estar en contacto con ellos.
La aplicación para teléfonos móviles en la que se debía respaldar ese sistema, sin embargo, no va a estar lista hasta dentro de varias semanas, aunque se preveía que estuviera operativa a mediados de este mes.
El Gobierno comenzó a probar a principios de mayo en el sur de Inglaterra un software para que los usuarios puedan informar de que han tenido síntomas del COVID-19.
El programa envía una alerta a los teléfonos que han estado en contacto físico cercano con uno de los posibles infectados para que se tomen medidas de precaución.
Mientras que el Gobierno no ha detallado los problemas que pueden haber surgido en la prueba piloto, el diario “Financial Times” ha asegurado se está trabajando en una segunda aplicación que utiliza la tecnología de las estadounidenses Apple y Google, en lugar de estar desarrollada por completo por los técnicos británicos.
Dudas entre los sanitarios
El director ejecutivo de la Confederación del NHS, Niall Dickson, un organismo que agrupa a todos los estamentos del sistema de salud público británico, advirtió de que están a la espera de "más detalles" sobre cómo piensa el Gobierno desarrollar su estrategia para detectar contagios.
El compromiso de contratar hasta a 25,000 entrevistadores es "bienvenido", señala Dickson en una carta abierta dirigida al ministro de Sanidad, Matt Hancock, pero alerta de que "la implementación va a ser fundamental" para la eficacia del sistema.
"A nuestros miembros les preocupa que, si no hay una estrategia clara, estaremos ante un mayor riesgo de una segunda oleada de infecciones y de consecuencias sanitarias graves", afirma la misiva, que subraya que el diseño de los planes para la desescalada debería haberse previsto "mucho antes".
Chris Hopson, director de NHS Providers, que aglutina a hospitales, servicios de ambulancias y otros proveedores de servicios sanitarios, lamentó por su parte en una entrevista con la BBC que sus asociados "no han recibido información e instrucciones claras sobre cuál va a ser su papel" en el sistema de detección de nuevas infecciones.
Temor a contagios en los colegios
A partir del 1 de junio, el Gobierno recomendará que se retomen las clases presenciales en tres cursos de la educación primaria con algunas restricciones en Inglaterra, como un límite de 15 alumnos por aula, pasillos de sentido único en los centros y otras medidas para mantener la distancia social.
Cerca de 2,000 colegios de Inglaterra han advertido sin embargo de que no prevén seguir la recomendación de abrir sus puertas y ven prematura la desescalada, y el Gobierno mantiene las conversaciones con sindicatos de profesores y directores de escuelas para pactar mayores medidas de seguridad.
Escocia, Gales e Irlanda del Norte también se han desmarcado de la hoja de ruta del Gobierno central, si bien esas regiones diseñan ya su estrategia para relajar las medidas de confinamiento.
La ministra principal escocesa, la nacionalista Nicola Sturgeon, avanzó hoy que el próximo día 28 comenzará a flexibilizar las normas de aislamiento, si bien no está previsto que reabran los colegios escoceses al menos hasta el 11 de agosto, más de dos meses después que en Inglaterra.
Test de anticuerpos
El Gobierno anunció este jueves un acuerdo con las farmacéuticas Roche y Abbott para suministrar 10 millones de test de anticuerpos en los próximos meses.
Los primeros de ellos estarán disponibles a partir de la próxima semana para los trabajadores del sistema público de salud.
Hancock advirtió de que haber desarrollado anticuerpos contra el virus "podría" ayudar a combatir futuras infecciones del COVID-19, pero admitió que todavía no hay evidencias suficientes para asegurar que quienes dan positivo en un test son "inmunes" al coronavirus.
Aun así, argumentó que los programas de diagnóstico a gran escala “pueden ayudar a comprender cómo reaccionan las personas ante el virus y cómo se produce su expansión por el país”.