En plena crisis económica por la pandemia, la Cámara de Diputados de Chile debate este miércoles un proyecto de ley para permitir un retiro anticipado de los fondos de pensiones privados, un sistema de retiro implantado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90), ampliamente rechazado en la sociedad.
Chile fue pionero en 1981 en la implementación de este sistema de pensiones en base a la capitalización individual.
El año pasado empezaron a jubilarse las primeras generaciones de trabajadores que impusieron durante toda su vida laboral a estos fondos que prometieron hasta más del 70% de su último salario y que ahora cobran en muchos casos el sueldo mínimo (de unos US$ 400) o entre 30% y 40% del último sueldo.
El proyecto que se discute el miércoles contempla el retiro de hasta 10% de los fondos de pensiones, considerados piedra angular del llamado "modelo chileno", una economía abierta, y se hace con un gran apoyo popular a la medida.
De aprobarse, permitiría el retiro de hasta un máximo de unos US$ 5,300 y los diputados de oposición que presentaron el proyecto lo consideran clave para ayudar de la clase media de este país de 18 millones de habitantes, que no ha tenido hasta ahora ninguna plan de subsidio a este grupo social.
El gobierno de Sebastián Piñera rechazó el proyecto argumentando que tendrá un gran impacto en las ya desmedradas pensiones chilenas.
Sin embargo, varios parlamentarios de su coalición apoyaron la iniciativa, disconformes con las medidas anunciadas para la clase media, que es base importante del electorado conservador.
"¿Quiénes en una situación radical no recurriría a sus ahorros de toda una vida para superar ese momento de problemas económicos? En tal situación de necesidad, todos lo haríamos", dijo la diputada oficialista Erika Olivera.
"Es un proyecto de ley que distorsiona y deteriora las pensiones futuras de los chilenos", refutó Claudio Alvarado, ministro secretario General de la Presidencia.
Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) fueron creadas en 1981 en plena dictadura de Pinochet como el primer sistema de pensiones de capitalización absolutamente individual, bajo la promesa de restituir hasta el 70% del último salario.
En base a un gran descrédito popular sobre el sistema de AFP, 83% de los chilenos está de acuerdo con retirar el 10% de los fondos, según una encuesta reciente.
Países como Perú y Australia han permitido ya el retiro de parte de los fondos de pensiones, mientras que según cálculos de la Asociación de AFP cerca de tres millones de afiliados quedarían con saldo cero en caso de prosperar la iniciativa legislativa.
“En este momento, por la pandemia, se ha generado una presión ciudadana muy fuerte. Hay una urgencia nueva que está poniendo en jaque el lobby de las AFP que bloquea la reforma paralela” que también está en el Congreso para modificar todo el sistema y que propone un aporte del empleador, dice Hassan Akram, académico de la Universidad Diego Portales.