La guerra en Ucrania afecta la economía de la zona euro, que está “estancada de facto”, y esto complica la tarea del Banco Central Europeo (BCE), presionado para endurecer su política monetaria con el fin de contener la inflación, según dos altos cargos de la institución.
La economía europea está “estancada de facto” tras el leve crecimiento de 0.2% en el primer trimestre, afirmó Fabio Panetta, miembro del directorio del BCE en una entrevista con el diario La Stampa.
Las principales economías -España, Italia, Francia y Alemania- están “sufriendo” las repercusiones del conflicto en Ucrania, indicó Panetta.
La actividad se reduce, mientras la inflación llegó a un nivel histórico de 7.4% en marzo, muy por encima del objetivo de 2% fijado por el BCE a medio plazo.
Esto debería llevar al BCE a subir las tasas, como ya han comenzado a hacer otros grandes emisores.
El miércoles, la Reserva Federal en Estados Unidos se mostró más agresiva de lo previsto y anunció un alza de su tasa directriz de medio punto porcentual, el alza más importante desde el 2000.
Pero este contexto de una actividad poco robusta “complica las cosas” para la zona euro ya que un endurecimiento de la política monetaria para contener la inflación terminaría frenando un crecimiento que ya está mermado, advirtió Panetta.
Para Philip Lane, economista jefe del BCE, el calendario para terminar con el proceso de normalización monetaria es “incierto”.
“La fuerte incertidumbre sobre el impacto económico de la guerra en Ucrania, el choque en materia energética y la recuperación pospandemia” permiten concluir que es “poco probable” que la economía vuelva a recuperar un equilibrio, advirtió este economista, en un discurso ante el Instituto Bruegel de Bruselas.