Varios meses sin apenas lluvias y un verano de temperaturas tórridas dejan en España una imagen de tierra reseca y campos agostados, ríos de caudal escaso y algunos pantanos prácticamente vacíos, restricciones de consumo de agua y decenas de miles de hectáreas forestales quemadas.
La sequía alcanza prácticamente a todo el país, también a la llamada “España verde”, en el norte, bañada por el mar Cantábrico y la más húmeda con diferencia.
Una menor capacidad de los embalses, junto con el uso del agua para fines añadidos al abastecimiento humano -como los saltos eléctricos, además de la escasez de puntos de suministro explican gran parte del déficit hídrico que soportan las regiones de esa parte del país cuando la ausencia de precipitaciones es prolongada.
“En la cornisa cantábrica, los sistemas de abastecimiento son mucho más vulnerables en el sentido de que están menos preparados para hacer frente a la ausencia de lluvias de forma continuada. Por eso, cuando pasan muchos meses sin llover, surgen problemas”, explica a EFE Santiago Martín Barajas, coordinador del área de agua de Ecologistas en Acción.
Ocurre lo mismo en países del norte de Europa, donde Reino Unido, Francia o Alemania, recuerda el experto, también están sufriendo déficit de agua, con restricciones, porque sus sistemas no están preparados para soportar tiempos prolongados sin precipitaciones.
Cada vez menos reserva de agua
La reserva hídrica española se sitúa en el 39.2% de la capacidad total de los pantanos, tras doce semanas consecutivas de descensos, aunque es aún del 50% en la zona septentrional.
El agua embalsada era del 47.5% en el conjunto del país en las mismas fechas de agosto de 2021, y se acercaba al 53% de media en los cinco años últimos.
Varios de esos pantanos dejan ver ahora “tesoros escondidos”, antiguos pueblos, incluso restos arqueológicos de valor que antes quedaban ocultos por el agua.
Galicia (noroeste), Navarra o el País Vasco (norte) y también regiones del sur o de la costa mediterránea han decidido medidas como el cierre de duchas en playas o la prohibición del relleno de piscinas, lavado de automóviles y el riego de fincas y huertos.
Algunas localidades han tenido que cortar el suministro intermitentemente o recurren al abastecimiento con cisternas en plena temporada turística, cuando los habitantes se duplican o triplican y el gasto de agua se dispara.
Es el caso de Cumbres Mayores (casi 1,800 vecinos), en la provincia de Huelva (suroeste), que afronta este sábado un corte de 22 horas seguidas.
Alfonso Rueda, presidente de Galicia, una de las regiones más húmedas de España, advirtió de que la situación es “muy preocupante”, e instó a los ayuntamientos a tomar medidas porque el verano es todavía largo y con muy bajas expectativas de lluvias abundantes.
Alerta en la agricultura
En el campo español, la pérdida en cultivos como el arroz, la vid, el olivo o el cereal por efecto de la sequía ha puesto en guardia a los agricultores, que se ven obligados a acometer cambios en la producción ante un futuro incierto debido al cambio climático.
El calor intenso de este verano, con temperaturas de récord superiores a los 40 grados durante muchos días de julio y agosto, y la falta de lluvia han repercutido gravemente en la producción, también por las restricciones para regar.
El presidente de la organización agraria Asaja, Pedro Barato, explicó a Efe que las previsiones son “bastante preocupantes” en cereales y aceituna, y frutas como melocotón y nectarina tienen un tamaño menor que otros años.
La vendimia se ha adelantados dos o tres semanas en algunas comarcas y habrá entre un 25 y un 30% menos de uva.
Ecologistas en Acción, por su parte, ha pedido al Gobierno que reduzca “sustancialmente” el riego en España, ya que la sequía se debe a una “mala gestión y consumo excesivo de agua” más que a la falta de precipitaciones.
Un verano de fuego
Temperaturas muy altas, pastos y ambiente supersecos, rayos y vientos fuertes han favorecido una ola de incendios catastróficos en España, que han quemado 222,000 hectáreas forestales entre enero y julio.
Es el 38.5% del total ardido en Europa, según datos del organismo europeo EFFIS, basados en imágenes de satélite.
Esto confirma que España se enfrenta a la peor temporada de incendios de la serie histórica del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, iniciada en 2006.
No obstante, el Gobierno español estimaba provisionalmente una superficie quemada inferior a los 130,000 hectáreas.
Este sábado siguen activos incendios en Murcia (sureste), Castilla-La Mancha (centro), Asturias (norte) y Galicia (noroeste).