¿Será el telescopio espacial James Webb digno heredero del Hubble, que durante tres décadas ha sorprendido con sus impresionantes imágenes del universo? Todo parece indicar que sí, aunque las dudas se despejarán hoy con la publicación de sus primeras fotografías.
Los objetivos cómicos acaban de ser revelados por las agencias espaciales que colaboran: las nebulosas de Carina y del Anillo del Sur; el Quinteto de Stephan (un grupo de cinco galaxias en la constelación de Pegaso); el exoplaneta WASP-96b (a 980 años luz), y el cúmulo de galaxias SMACS 0723.
Aunque ya se conocen los protagonistas, pocos detalles más han transcendido, por lo que el mundo de la astronomía está expectante.
Las primeras imágenes a todo color, no se sabe aún cuántas, no se desvelarán a la vez, sino una a una, desde hoy a las 14.30 horas GMT, junto a los primeros datos espectroscópicos, y a las 16.00 GMT habrá una rueda de prensa.
Antes de todo ello habrá intervenciones, que podrán seguirse de forma virtual, de responsables de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense, que colaboran en este telescopio.
El telescopio más grande y avanzado en el espacio se centra, con estas instantáneas, en los temas científicos que serán el foco de su trabajo: el universo primitivo, la evolución de las galaxias a través del tiempo, el ciclo de vida de las estrellas y otros mundos.
Las de hoy no serán las primeras imágenes en absoluto, pues en estos meses ya se han difundido algunas, pero su objetivo era comprobar que los espejos del telescopio estaban perfectamente alineados y enfocados.
Desde febrero ha enviado pruebas. La primera, de baja resolución, para comprobar la correcta alineación de los 18 fragmentos que forman su espejo principal, retrataba a la estrella HS 84406.
En marzo mostró una esplendorosa y luminosa 2MASS J17554042+6551277, esta ya en color. Además, siguiendo el signo de los tiempos, James Webb se hizo un selfi en el que se ven los 18 segmentos de su espejo primario reflejando la luz.
Y poco después el protagonismo fue para la Gran Nube de Magallanes, una pequeña galaxia satélite de la Vía Láctea, en la que se podía ver un denso campo de cientos de miles de estrellas.
“Estas imágenes han cambiado profundamente mi forma de ver el universo. Estamos rodeados de una sinfonía de la creación; ¡hay galaxias por todas partes!”, dijo Scott Acton, uno de los científicos que trabajan con el observatorio espacial, tras ver la Nube de Magallanes.
Se trata de fotografías que han mostrado ya una definición sin precedentes de la visión infrarroja, que es uno de los puntos fuertes del Webb frente al Hubble, que opera fundamentalmente con luz visible.
James Webb está ahora totalmente listo para comenzar su misión científica y lo demostrará con estas imágenes que abrirán los ojos a una nueva etapa de la astronomía y de mirar el universo.
Una aventura que comenzó el 25 de diciembre del año pasado, cuando fue lanzado desde el puerto espacial que la ESA tiene en la Guayana Francesa.
Desde allí viajó 1.5 millones de kilómetros, hasta el conocido como punto Lagrange 2, para empezar un milimétrico y sofisticado proceso de despliegue.
Primero el escudo solar -tan grande como una cancha de tenis-, luego el espejo secundario y después el primario, una serie de operaciones que era la primera vez que se realizaban y se fueron cumpliendo con la precisión de relojero suizo.
Y luego la puesta a punto de sus cámaras, espectrógrafos y coronógrafos de última generación, de los que MIRI y NIRSpec tienen participación científica española.
Pero toda gran empresa no está libre de imprevistos. En el Hubble, lanzado hace 32 años, fue descubrir un error infinitesimal en el tallado de su espejo, por el que las primeras imágenes fueron borrosas y hubo que mandar una misión espacial a repararlo.
El imprevisto para Webb se produjo en mayo, cuando un micrometeorito (del tamaño de un grano de polvo) impacto que de un contra uno los segmentos de su espejo primario. En todo caso, los expertos han indicado que sigue funcionado a un nivel que “supera los requisitos de la misión, a pesar de un efecto marginalmente detectable en los datos”.