Las restricciones físicas y materiales, y el estado psicológico y de motivación que conlleva vivir en una zona de conflicto convierten hacer arte en Palestina en un “milagro” para autores como Motasem Siam y Lara Salous, capaces de reflejar ese contexto en su obra.
Salous y Siam se encuentran en Madrid realizando residencias artísticas como parte del programa TEJA, una red que acoge a creadores en situación de vulnerabilidad derivada de conflictos armados o situaciones de emergencia.
La Casa Árabe de la capital española acogió recientemente la muestra “Tadafuq/Fluir: artistas palestinos en movimiento”, de la que ambos artistas han formado parte, y en la que se plasma desde la mirada a las circunstancias políticas de la ocupación de Israel en Palestina y las consecuencias del conflicto, hasta perspectivas individuales, como el género, la salud mental o las relaciones.
“Hacen mucho con muy poco y esto genera una fuerza que se refleja en los mensajes que contienen las obras”, dijo Nicolás Combarro, comisario de la exposición, que ha ayudado a dar visibilidad a 15 artistas contemporáneos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén.
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Identidad palestina
“Cuando pienso en arte palestino no pienso solo en política, sino que cuando eres palestino ya eres político”, dijo Motasem Siam, que comparte en su obra una conversación telefónica con su madre, un relato sincero que habla sobre las realidades y retos de las nuevas generaciones de palestinos que se ven forzados al exilio.
Siam destaca por utilizar una amplia gama de medios para crear una obra de instalación en la que intervienen secuencias prefabricadas y encontradas, películas y medios digitales.
Abierto a los diversos medios de nuestro tiempo, suele recurrir al propio material y a su riqueza de materialidad. Para inspirarse, recurre al concepto de identidad y a los sueños y recuerdos de su infancia, ya sean provocados por la nostalgia, por acontecimientos especiales o autoexplicativos.
La aspiración de Siam no es plasmar la política como se suele hacer, sino “mostrar su representación de la política como persona queer en una situación de ocupación por Israel”.
Sus obras, explica, se nutren de sus memorias y hechos del pasado: “Escribo sobre mis recuerdos y mis sueños”.
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El arte de la lana
Lara Salous rescató sus valores identitarios cuando su interés por aprender sobre el diseño de interiores palestinos, materiales e industria, la llevaron a descubrir el arte de hilar a mano con lana natural como recurso y artesanía local llevada a cabo por mujeres de diferentes lugares.
Durante los dos últimos años, Salous ha considerado la lana como una materia prima olvidada, esencial en el patrimonio local palestino. Ha arrojado luz sobre los diseños contemporáneos que pueden fabricarse localmente con este material.
El resultado fueron sillas de lana y sillas de telar, que combinan la originalidad con la contemporaneidad del material y los patrones de tejido tradicionales.
“No es fácil vivir en un país que ha sufrido ocupación y ataques continuos de israelitas. Sientes que tienes que proteger tu identidad y tu cultura continuamente”, comenta la artista palestina de 35 años, residente en Ramala.
La iniciativa de dar a conocer el arte contemporáneo palestino surge de la colaboración del programa europeo “Espacios Europeos de Cultura” de EUNIC, en colaboración con Alhoash (Jerusalén), Sakakini (Ramala) y GUCC (Gaza), el Consulado de España en Jerusalén/AECID, el Instituto Francés en Palestina y el British Council en los Territorios Ocupados, en estrecha colaboración con la Delegación de la UE en Palestina.
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