Más de una quinta parte de la Policía de Nueva York está de baja por enfermedad coincidiendo con el fuerte repunte de casos de COVID-19 en la región, informó el jefe del Cuerpo local, Dermot Shea, quien aseguró que habrá suficientes agentes operativos en las fiestas de fin de año tras haber ordenado que cancelen sus vacaciones.
“Es el nivel más alto (de bajas por enfermedad) que he visto en mi carrera. En el pico de la pandemia alcanzamos un 19.8% y hoy hemos llegado al 21%”, dijo Shea en una rueda de prensa para informar de los preparativos de seguridad para la fiesta del 31 de diciembre en Times Square, que acogerá a unas 15,000 personas.
El Departamento de Policía de Nueva York anunció en la víspera (miércoles) que la cifra se situaba en el 16% -unos 6,000 agentes, de los cuales 1,300 habían dado positivo en COVID-19- y por eso se había ordenado que fueran a trabajar los miembros uniformados del servicio que hubieran previsto tomar días libres el 31 de diciembre y el 1 de enero.
Por otra parte, Shea dijo que no había “amenazas creíbles” ante el retorno de las multitudes a la fiesta de fin de año que se celebra desde principios del siglo pasado en Times Square, y donde además de conciertos y la tradicional bajada de la bola de cristal tendrá lugar la investidura del nuevo alcalde neoyorquino, Eric Adams.
“Además de la seguridad, nos ocuparemos de mantener a todo el mundo sano”, agregó el jefe policial, quien desgranó que habrá agentes comprobando los documentos de vacunación completa de los asistentes y el uso de mascarillas, además de los protocolos habituales de detección de metales o explosivos.
Las autoridades aseguraron que habrá una “robusta presencia” policial en las calles y que otras agencias federales colaborarán en la protección de la ciudad, que sigue siendo “objetivo” para terroristas y extremistas.