Texas, que desde ahora alberga la red eléctrica más vulnerable de Estados Unidos, estaría a punto de verse afectada por un aumento en la demanda de electricidad que sería dos veces mayor que la de Austin.
Debido a sus bajas tarifas de energía y su liberalismo económico un ejército de mineros de criptomonedas planea dirigirse al estado, lo que haría que la demanda se eleve hasta en 5,000 megavatios en los próximos dos años. La migración criptográfica a Texas se ha estado acumulando durante meses, pero el gran volumen de energía que necesitarán esos mineros, dos veces más que el consumo de la ciudad capital de casi 1 millón de personas en todo 2020, hasta ahora se vuelve más claro.
El auge se produce justo cuando el sistema eléctrico está bajo presión debido al crecimiento de la población y a una economía más robusta. Incluso antes de que la nueva demanda entre en funcionamiento, la red del estado ha demostrado ser letalmente poco confiable. Los apagones catastróficos de febrero provocaron que millones de personas quedaran en la oscuridad durante días causando la muerte de al menos 210 personas.
Algunos representantes a favor como el senador Ted Cruz, y el gobernador Greg Abbott, ambos republicanos, dicen que, en última instancia, los mineros criptográficos serían buenos para la red, en tanto que, según ellos, los mineros podrían absorber el exceso de energía limpia y, cuando sea necesario, liberarla voluntariamente en segundos para ayudar a evitar apagones. Sin embargo, surge la pregunta de qué harán estos mineros cuando la demanda de electricidad del estado supere inevitablemente la oferta: ¿se adherirán a un sistema de honor de reducir su uso de energía, especialmente cuando el precio del bitcóin es tan alto, o al final esto se traducirá en aún más presión sobre una red ya abrumada?
“En realidad nadie está considerando la escala de la inversión potencial en cripto y su demanda de energía durante los próximos años”, dijo Adrian Shelley, director de la oficina de defensa del consumidor de Texas y el grupo de presión Public Citizen, que ha criticado duramente las vulnerabilidades del mercado de energía no regulado del estado.