El gobierno del presidente Donald Trump podría expulsar pronto a miles de estudiantes chinos de posgrado inscritos en universidades de Estados Unidos e imponer otras sanciones a funcionarios de China, los indicios más recientes de las tensiones entre Washington y Beijing en torno al comercio, la pandemia de coronavirus, los derechos humanos y el estatus de Hong Kong.
Trump dijo que el viernes hará un anuncio sobre China, y funcionarios del gobierno señalaron que el mandatario está sopesando una propuesta presentada hace meses para revocar las visas a estudiantes afiliados a instituciones de enseñanza en China relacionadas con el Ejército Popular de Liberación o con la inteligencia china.
El presidente también está sopesando imponer sanciones financieras y de viaje a funcionarios chinos por la manera como han procedido en Hong Kong, según los funcionarios, que solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados a declarar sobre el asunto públicamente.
“Anunciaremos lo que haremos mañana respecto de China y no estamos contentos con China”, declaró el jueves Trump a la prensa, refiriéndose principalmente al COVID-19, durante un acto ajeno a este tema. “No estamos contentos con lo sucedido. En todo el mundo hay personas sufriendo, 186 países. En todo el mundo están sufriendo. No estamos contentos”.
Aunque las expulsiones de estudiantes no están relacionadas directamente con Hong Kong ni con las medidas de China para imponer un control pleno sobre la excolonia británica, las posibles sanciones a los funcionarios implicados en esas acciones serían el resultado de la resolución del secretario de Estado Mike Pompeo de que Hong Kong ya no puede ser considerado territorio autónomo de China continental.
Pompeó notificó el miércoles al Congreso que Hong Kong ya no merece el estatus de comercio preferencial que Estados Unidos le ha otorgado desde que regresó a la soberanía china en 1997.
Según el acuerdo sino-británico de la entrega de Hong Kong, la isla debía ser gobernada de manera distinta a la parte continental de China durante 50 años en conformidad con la política de “un país, dos sistemas”.
La consideración seria a la propuesta para la revocación de visas, informada primero por The New York Times, ha enfrentado la oposición de universidades y organizaciones científicas de Estados Unidos que dependen de las cuotas que pagan los estudiantes chinos para compensar otros gastos.
Además, esas instituciones temen posibles medidas recíprocas de Pekín que pudieran limitar a sus estudiantes y profesores el acceso a China.