Fitch Ratings tomó su decisión de rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos debido a preocupaciones fiscales y a un deterioro de la gobernanza, así como a la polarización que se reflejó en la insurrección del 6 de enero, dijo el miércoles a Reuters Richard Francis, director senior de la agencia.
En una medida que tomó a los inversores por sorpresa, Fitch rebajó el martes la nota soberana de Estados Unidos a AA+ desde AAA, citando el deterioro fiscal en los próximos tres años y las reiteradas negociaciones a último momento sobre el techo de la deuda que amenazan la capacidad del Gobierno para pagar sus facturas.
La agencia basó su decisión en parte debido a un deterioro percibido en la gobernanza en el país, lo que dijo dio menos confianza en la capacidad del gobierno para abordar los problemas fiscales y de deuda, aseguró Francis.
Ese deterioro, así como una mayor polarización en el clima político del país, se reflejó en la insurrección del 6 de enero, que la agencia destacó en conversaciones con el Tesoro antes de la rebaja.
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“Fue algo que destacamos porque simplemente es un reflejo del deterioro de la gobernanza, es uno de tantos”, sostuvo Francis.
“Tienes el techo de la deuda, tienes el 6 de enero. Claramente, si observas la polarización con ambos partidos (...) los demócratas se han ido más a la izquierda y los republicanos más a la derecha, por lo que el medio básicamente se está desmoronando”, agregó.
La medida convirtió a Fitch en la segunda agencia de calificación más importante después de Standard & Poor’s en despojar a Estados Unidos de su calificación “AAA”.
La decisión de Fitch generó críticas de la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, quien la calificó de “arbitraria y basada en datos obsoletos”.
Fuente: Reuters
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