El nuevo paquete de estímulo de US$ 900,000 millones acordado por los legisladores estadounidenses durante el fin de semana podría evitar que la economía se contraiga nuevamente, sin embargo, los riesgos relacionados con la pandemia persisten si la actividad no comienza a recuperarse el próximo año.
El paquete de alivio fiscal incluye un pago único de US$600 para individuos, además de fondos para el Programa de Protección de Salarios (PPP, por sus siglas en inglés) y una extensión de 10 semanas a los beneficios por desempleo. Adicionalmente, cada semana de extensión fue complementada con un pago de US$300. Estas medidas, que el Congreso podría aprobar el lunes, podrían ayudar a apuntalar una economía que ha venido deteriorándose en las últimas semanas..
La ayuda es menor a la propuesta por los legisladores del partido Demócrata y la Administración del presidente electo, Joe Biden, probablemente buscará un estímulo adicional cuando asuma el cargo en enero.
Michael Feroli, economista jefe de JPMorgan Chase & Co. para EE.UU., dijo a Bloomberg Television que el paquete de estímulo “podría ser muy útil para la economía”, y estimó que podría impulsar el PIB hasta 3% con el paso del tiempo.
A pesar de eso, muchos de los beneficios expirarán en el primer trimestre, por lo que podría ser necesario un estímulo adicional en marzo. Si bien se espera una recuperación en la primavera con la aplicación de la vacuna contra el COVID-19, es poco probable que los sectores más afectados por la pandemia se acerquen a una reapertura total hasta finales de año, informó Andrew Husby, economista de Bloomberg Economics.
Los legisladores tuvieron dificultades durante meses para llegar a un acuerdo, y para muchos estadounidenses el nuevo paquete de estímulo no llegó lo suficientemente a tiempo. El número de desempleados se ha duplicado con creces desde agosto, y un número creciente de empresas están perdiendo ingresos o incluso cerrando permanentemente.
“Este estímulo es en realidad una solución provisional, ha llegado muy tarde y honestamente es un poco débil, no es tan importante como me hubiera gustado”, dijo Megan Greene, investigadora principal de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de Harvard, en Bloomberg TV. “Si hubiéramos esperado hasta que la nueva Administración llegara al poder, particularmente con un Senado controlado por republicanos, probablemente hubiera sido aún menor, así que creo que esto fue lo mejor que pudimos haber esperado”, agregó.