Dos de los “halcones” más expresivos de la Reserva Federal (Fed) dijeron que apoyarían otro aumento de la tasa de interés de 75 puntos básicos a fines de este mes, pero luego un cambio a un ritmo más lento, pese a que ambos minimizaron el riesgo de que los costos de endeudamiento más altos empujen a Estados Unidos a la recesión.
“Definitivamente estoy a favor de hacer otro aumento de 75 puntos básicos en julio”, afirmó el gobernador de la Fed Christopher Waller, durante una discusión con la Asociación Nacional de Economía Empresarial.
“Probablemente 50 en setiembre”, agregó Waller, “y luego de eso podemos debatir si volver a bajar a 25 o si la inflación simplemente no parece estar bajando, tenemos que hacer más”.
En un evento separado en Little Rock, Arkansas, el presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, también manifestó que un aumento de 75 puntos básicos en la próxima reunión del banco central del 26 al 27 de julio “tendría mucho sentido”.
La medida llevaría la tasa de política monetaria a un rango de 2.25%-2.5%, alrededor de un punto porcentual por debajo del nivel de 3.5% que Bullard dijo que sigue defendiendo para fin de año. Extendiéndose a las tres reuniones que quedan después de la de este mes, su opinión también apunta a una desaceleración en el ritmo de las alzas de tasas, aunque no lo planteó explícitamente.
El mes pasado, la Fed elevó su tasa de interés de referencia a un día en tres cuartos de punto porcentual, su mayor aumento desde 1994, mientras refuerza su determinación de controlar la obstinadamente alta inflación sin causar demasiado daño económico.
Los comentarios de Waller tuvieron un impacto inmediato en las expectativas del mercado, ya que los inversores redujeron las apuestas a que la Fed suba las tasas en 75 puntos básicos en setiembre al 13%, frente al 23% antes de que hablara, según un análisis de contratos de futuros de fondos federales realizado por CME Group, que muestra una probabilidad del 80% de un aumento de 50 puntos básicos en esa reunión.
Los operadores de futuros de tasas continúan esperando un aumento de 75 puntos básicos este mes.
Temores exagerados
El aumento de las tasas de interés, la inflación y las condiciones financieras más estrictas han oscurecido las perspectivas económicas, y los datos recientes sobre el gasto de los consumidores y la producción de las fábricas muestran señales de desaceleración y generan temores de recesión.
Waller se mantiene mayormente impasible, citando datos de servicios así como un mercado laboral sólido, aunque reconoció que existen peligros.
“Personalmente, creo que algunos de los temores de una recesión son exagerados. Vamos a reducir la inflación. Eso significa que vamos a ser agresivos con los aumentos de tasas y es posible que tengamos que correr el riesgo de causar algún daño económico, pero no lo creo, dado lo fuerte que es el mercado laboral ahora”, declaró.
Subir el costo del crédito a 3% o un poco más no enviará la tasa de desempleo, ahora en el 3.6%, a algo dramáticamente más alto como el 6% o más, aseguró.
Bullard también dijo que los mercados laborales, actualmente casi tan saludables como nunca antes, podrían enfriarse un poco y seguir siendo fuertes, y que su “escenario base” es para un aterrizaje suave donde el crecimiento se desacelera desde su ritmo vertiginoso el año pasado. “Algunas personas lo confunden con la recesión”, aseveró.
Si bien el Producto Bruto Interno (PBI), la medida más citada de la producción del país, cayó en el primer trimestre y parece en camino a contraerse nuevamente este trimestre, la producción según una medida diferente que refleja más el mercado laboral se ha mantenido positiva y se espera que siga así.
Los economistas esperan una nueva lectura del mercado laboral el viernes que muestre que los empleadores agregaron 268,000 puestos de trabajo en junio, menos que el mes anterior, aunque suficiente para sugerir un crecimiento económico continuo en lugar de un estancamiento, y mucho menos una contracción.
Bullard dijo que espera que la inflación descienda rápidamente a medida que la Fed implemente sus aumentos de tasas, aunque la mayor parte de la disminución se producirá el próximo año, no en el 2022.
Agregó dijo que una vez que la Fed alcance las tasas al 3.5%, debería evaluar el estado de la inflación y las expectativas inflacionarias, y luego podría modificar la política monetaria para adaptarla, incluso potencialmente mediante la reducción de las tasas.