Los banqueros de la Reserva Federal no están tan unidos como solían estar en cuanto hacía donde se dirigen las tasas de interés de Estados Unidos.
Un análisis de las proyecciones económicas que los encargados de la política monetaria presentan trimestralmente sobre el camino futuro de las tasas de interés, conocido comúnmente como diagrama de puntos, muestra que el desacuerdo disminuyó durante la década de 2010 y era “casi inexistente a principios de la pandemia”, según un comentario económico publicado el lunes por la Reserva Federal de San Francisco.
“Sin embargo, ha estado aumentando desde entonces y superó su nivel promedio en los primeros dos trimestres de 2023″, escribieron los investigadores de la Fed de San Francisco, Andrew Foerster y Zinnia Martinez.
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El cambio podría dar lugar a un debate más intenso y, potencialmente, a un aumento de las discrepancias a medida que los banqueros centrales determinen cuándo finalizar sus aumentos de tasas y, finalmente, cuándo comenzar a reducir los costos de endeudamiento.
Los banqueros han estado mayoritariamente de acuerdo durante el último año y medio, cuando elevaron su tasa de referencia de casi cero a un rango objetivo de 5.25% a 5.5%, el nivel más alto en 22 años. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha visto solo 13 disidencias desde que comenzó su mandato en febrero de 2018, incluidas dos desde que los banqueros centrales comenzaron a aumentar las tasas en marzo de 2022.
Pero los encargados de la política monetaria ahora están más en desacuerdo sobre hacia dónde deberían ir las tasas a partir de aquí, según los investigadores, quienes también observaron las expectativas de los funcionarios sobre el producto interno bruto, la tasa de desempleo y la inflación.
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Ese desacuerdo está especialmente relacionado con puntos de vista diferentes sobre el camino futuro de la inflación. Las diferencias sobre las proyecciones de los banqueros centrales sobre el crecimiento o la tasa de desempleo “no están estadísticamente relacionadas con el desacuerdo sobre la política monetaria”.
Sin embargo, eso solo explica parte de la brecha, dijeron los investigadores.
“El desacuerdo sobre la perspectiva económica representa solo alrededor de un tercio del desacuerdo sobre la política monetaria, lo que sugiere que los factores no relacionados con la perspectiva, como las preferencias respecto de la política, juegan un papel más importante”, afirmó el documento.
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