El Gobierno cubano abrió las puertas a la expansión del sector privado al eliminar la restrictiva lista de 127 actividades por cuenta propia que estaban permitidas hasta ahora y sustituirla por otra que recoge 124 ocupaciones limitadas o vedadas.
La medida llega en un momento crítico para la economía de la isla, que se contrajo 11% el año pasado a consecuencia de la pandemia de coronavirus, el refuerzo de las sanciones de Estados Unidos y la tardanza en poner en marcha las reformas aprobadas hace una década para impulsar su ineficiente modelo de corte centralizado.
Aunque la decisión se anunció hace varios meses dentro de un paquete de medidas para enfrentar la crisis, no fue aprobada por el Consejo de Ministros hasta esta semana, según una reseña publicada este sábado por el diario oficial Granma.
La ministra cubana de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, avanzó durante la reunión ministerial que los trabajadores autónomos -conocidos en Cuba como “cuentapropistas”- deben presentar un proyecto y los trámites se realizarán a través de una ventanilla única, “lo cual va a posibilitar desatar las fuerzas productivas en este sector”.
De 127 a más de 2,000 actividades
Por el momento no se ha precisado cuáles son las 124 actividades prohibidas, pero la eliminación del listado de ocupaciones permitidas supone que el sector privado pueda incursionar en las más de 2,000 recogidas en el Clasificador Nacional de Actividades Económicas, señaló la ministra.
Es de esperar que entre los ámbitos restringidos permanezcan sectores como los de la salud, educación, telecomunicaciones, energía o prensa, todos ellos estratégicos para el Estado cubano por motivos económicos o político-ideológicos, y en algunos de los cuales tampoco está autorizada la inversión extranjera.
El sector privado emplea a 600,000 personas y supone el 13% de la población ocupada, según datos oficiales, aunque en la práctica el número es mucho mayor. Esos 600,000 son los poseedores de una licencia de “cuentapropista”, pero a su vez emplean en sus negocios a más trabajadores.
Economistas cubanos y el propio sector llevaban años reclamando la eliminación de la lista de actividades permitidas al considerarla un lastre para la economía del país, y al “cuentapropismo” como la mayor fuente potencial de creación de empleo.
El autónomo es, además, uno de los ámbitos más golpeados por las más recientes sanciones de Estados Unidos y por la pandemia.
Buena parte del mismo se dedicaba al turismo y los servicios, golpeados primero por las nuevas medidas punitivas de Washington y después paralizados del todo por el COVID: entre las licencias más codiciadas durante años han figurado las de restaurante privado (“paladar”), alquiler de habitaciones para turistas y transportista.
En la dirección correcta
“Es una buena noticia. Un paso en la dirección correcta que, desafortunadamente, demoró demasiado”, dijo el economista Ricardo Torres.
Torres también confió en que esta medida se complemente cuanto antes “con cambios similares en relación a la posibilidad de establecer empresas privadas hasta de tamaño mediano (pymes) y cooperativas”, en referencia a la largamente esperada Ley de Empresa, cuya aprobación sigue pendiente.
“Es un paso enorme e histórico. Implica un cambio de paradigma con respecto al trabajo por cuenta propia, que siempre estuvo sujeto a un listado de actividades que eran las que se podían desarrollar, dejando en la ilegalidad a todo lo que no estuviera autorizado”, opinó por su parte Oniel Díaz, cofundador de la consultoría estratégica AUGE, que asesora en la creación y gestión de negocios de emprendedores en Cuba.
Para Díaz, la medida “impulsa y crea mejores condiciones para la constitución” de las pymes y las cooperativas.
“Si con un magro listado de actividades autorizadas con alcances inflexibles, escasez de materias primas, regulaciones deficientes y sanciones económicas hemos sido capaces de levantar emprendimientos contra viento y marea, este nuevo escenario abre una senda en la que no habrá retroceso para que juguemos un papel cada vez más importante en la economía nacional”, sostuvo.
Reformas aceleradas
También el ministro cubano de Economía, Alejandro Gil, calificó la eliminación de la lista como “un paso muy importante en función de ampliar las posibilidades de empleo en el trabajo por cuenta propia, para dar una respuesta oportuna y positiva a la implementación del ordenamiento monetario en el país”.
La medida llega un mes después de que Cuba, acuciada por la crisis, pusiera en marcha su largamente pospuesta unificación monetaria y cambiaria.
Se trata de una reforma económica de gran calado que incluye la eliminación del peso convertible CUC (paritario al dólar), una importante devaluación del peso cubano dentro del sector estatal, el incremento de los salarios y precios, y la retirada de los subsidios estatales generalizados.
Sobre la “tarea ordenamiento”, que es como el Gobierno cubano ha bautizado este proceso, pesa sin embargo el temor a la inflación. De momento, el dólar ya se ha disparado en el mercado informal al doble de su tasa oficial de 24 pesos por dólar, mientras la escasez de alimentos, medicamentos y productos básicos crece por días.