Una vacuna para detener la pandemia de coronavirus podría estar disponible ya este año, esto es, incluso más rápido de lo que inicialmente se pensó, según un grupo clave que está en el corazón de los esfuerzos mundiales de desarrollo.
Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI), que está financiando nueve proyectos diferentes de vacuna contra el coronavirus, sugirió previamente que una vacuna podría estar lista dentro de 12 a 18 meses, un objetivo ya ambicioso.
Esa evaluación no tenía en cuenta la posibilidad de que empresas trabajaran en conjunto para acelerar el proceso, que hubiera una inscripción más rápida de personas para someterse a ensayos en humanos, entre otros factores, según Richard Hatchett, titular de la organización con sede en Oslo.
“Estas son cosas que estamos evaluando ahora como posibles oportunidades para, tal vez, tener listas vacunas incluso antes de los 12 a 18 meses que estábamos discutiendo”, dijo el lunes en una conferencia telefónica.
A medida que el número de contagios por coronavirus en todo el mundo se acerca a los 3 millones, aumenta la presión por lograr terapias y vacunas para combatir el contagio. Docenas de compañías en todo el mundo están buscando una vacuna, entre ellas Sanofi, Johnson & Johnson y Moderna Inc.
Un equipo de la Universidad de Oxford dirigido por Sarah Gilbert, profesora de vacunología, comenzó ensayos para una posible vacuna y su objetivo es que los resultados de eficacia estén listos ya en setiembre. La fabricación ya está en marcha.
Se recomienda precaución
Algunos expertos han pedido precaución, señalando que la mayoría de las vacunas pasan por años de pruebas antes de llegar al mercado y que 12 a 18 meses sería un plazo extraordinariamente rápido. La aceleración del desarrollo de la vacuna se realiza con nuevas tecnologías que nunca han probado su eficacia en humanos.
Hatchett dijo que no quiere comprometerse demasiado, pero que es posible que varias vacunas respaldadas por CEPI ingresen a una segunda fase de prueba ya a fines de esta primavera o verano boreal. Eso significa que la primera podría estar disponible en 2020 si se demuestra que es segura y efectiva, probablemente para casos de emergencia. En ese escenario, podrían ser accesibles solo para ciertas poblaciones en riesgo, como los trabajadores de la salud.
Los desarrolladores están conscientes de ejemplos en el pasado, donde un rápido desarrollo de una vacuna “desafortunadamente condujo a malos resultados”, dijo. “Lo estamos realizando con la mayor seriedad. No podemos ahorrar dinero ni tiempo. Es absolutamente crucial que garanticemos la seguridad y la eficacia”.
CEPI ha conseguido compromisos para financiar cerca de la mitad de los US$ 2,000 millones que estima se necesitarán para el desarrollo de las vacunas, y es posible que invierta en 15 o más programas, señaló.
La coalición se está asociando con compañías como Moderna e Inovio Pharmaceuticals Inc., junto con instituciones como Oxford y la Universidad de Queensland, en Australia.