El mundo se está quedando “muy por debajo de los objetivos” para garantizar un futuro climático seguro, y necesita descarbonizarse “siete veces más rápido de lo que lo está haciendo”, según concluye el informe ‘Net Zero Economy Index 2023′, que elabora cada año la consultora PwC.
En 2022 ningún país del G20 -responsable del 85% de las emisiones de CO2 mundiales asociadas a la energía- logró una tasa de descarbonización anual superior al 8%, expone el análisis, mientras que la que se requiere en estos momentos es del 17.2%, un ritmo que multiplica por siete la media global alcanzada en 2022 (2.5%) y por doce la del año 2000 (1.4%).
El estudio toma en cuenta el crecimiento de PBI proyectado en cada país para dar con la intensidad de carbono (CO2/PBI), y calcula que reducir las emisiones del 43% para 2030 -como recomienda el grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC)- exige reducir esa intensidad en un 78% en menos de siete años.
Aunque los datos muestran un amplio margen de mejora para todos los países, también se destacan algunos puntos positivos como el repunte en el uso de energías renovables el año pasado, lo que supone según PwC “un avance esperanzador” hacia una transición “más rápida e impulsada por el mercado”.
La energía fotovoltaica, por ejemplo, registró el mayor crecimiento de su historia, con un 24.4%, y la eólica, un 13.1% repunte que se concentra, principalmente, en Asia, Estados Unidos y Europa.
Sin embargo, el informe subraya que “es necesario que esta tendencia se vea reflejada en una transformación de mayor calado en todos los sectores de la economía y las infraestructuras, y que vaya de la mano de un mayor apoyo para los países en vías de desarrollo”.
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