Dieciocho personas murieron la madrugada del domingo en bombardeos israelíes, cuatro de ellos en un campamento de personas desplazadas en un complejo hospitalario en el centro de Gaza, mientras que dos personas murieron apuñaladas por un palestino en un suburbio de Tel Aviv.
Las tensiones se han disparado en la región tras casi 10 meses de guerra en Gaza y la muerte de dos destacados milicianos en sendos ataques en Líbano e Irán la semana pasada. Esos asesinatos provocaron amenazas de venganza de Irán y sus aliados y plantearon el temor a una guerra regional aún más destructiva.
“El Estado de Israel está en una guerra en múltiples frentes”, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una reunión de gabinete, y afirmó que el país estaba preparado para cualquier escenario, tanto en defensa como en ataque.
El ministro de Asuntos Exteriores de Jordania estaba realizando un viaje poco común a Irán, mientras Estados Unidos y sus aliados árabes tratan de evitar un conflicto más amplio. Hamás dice que ya ha comenzado a discutir la elección de un nuevo líder tras la muerte de Ismail Haniyeh en un ataque aéreo el miércoles durante una visita a Irán.
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Una mujer septuagenaria y un hombre octogenario murieron en el ataque con arma blanca, según el servicio de rescate israelí Magen David Adom y un hospital cercano, y otros dos hombres resultaron heridos. La policía atribuyó el ataque a un miliciano palestino que fue “neutralizado”.
Los rescatistas dijeron que los heridos se habían encontrado en tres lugares diferentes separados por 500 metros (yardas). La policía dijo en un principio que buscaba a otros sospechosos, pero después descartó que hubiera más de un atacante.
Israel se está preparando para represalias tras el asesinato de un importante comandante de Hezbollah en un bombardeo en Beirut y del líder político de Hamás en un ataque en Teherán la semana pasada. Ambas operaciones estaban relacionadas con la guerra que continúa en Gaza, desencadenada por el ataque de Hamás del 7 de octubre.
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En Gaza, un ataque israelí ocurrido antes el domingo golpeó un campamento de carpas donde se alojaban personas desplazadas en el patio del hospital Mártires de Al-Aqsa. Cuatro personas murieron, incluida una mujer, y varias resultaron heridas, según responsables hospitalarios. No indicaron si los fallecidos eran civiles o combatientes.
Un periodista de The Associated Press grabó a varios hombres que acudían a ayudar a los heridos y recuperar cuerpos mientras intentaban extinguir las llamas.
El ejército israelí dijo que el ataque, dirigido contra un miliciano palestino, causó explosiones secundarias “que indican la presencia de armamento en la zona”.
El hospital en Deir al-Balah es el principal centro médico que opera en el centro de Gaza, y miles de personas se han cobijado allí tras huir de sus hogares en el territorio devastado por la guerra. Otro ataque en una casa cerca de Deir al-Balah mató a una niña y a sus padres, según el hospital.
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Otro bombardeo destruyó una casa en el norte de Gaza y mató al menos a ocho personas, incluidos tres niños, sus padres y su abuela, según el Ministerio. Tres personas más murieron en un ataque contra un vehículo en Ciudad de Gaza, según la Defensa Civil, un grupo de trabajadores de emergencias dependiente del gobierno que dirige Hamás.
Milicianos palestinos en Gaza lanzaron al menos cinco proyectiles hacia comunidades israelíes cerca de la frontera el domingo, sin causar bajas o daños, según el ejército.
Un ataque israelí en una escuela convertida en refugio en Ciudad de Gaza mató el sábado a al menos 16 personas e hirió a otras 21, según el Ministerio de Salud de Gaza, que dio la cifra de muertos del domingo. El ejército israelí, que suele acusar a los milicianos palestinos de cobijarse en zonas civiles, dijo que había golpeado un centro de mando de Hamás.
Israel dice que intenta evitar las víctimas civiles, pero el ejército no suele hacer comentarios sobre ataques concretos, que a menudo matan a mujeres y niños.
Milicianos liderados por Hamás mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron unos 250 rehenes en su ataque sorpresa contra el sur de Israel el pasado octubre.
La enorme ofensiva israelí posterior ha matado al menos a 39.580 palestinos, según el Ministerio de Salud del territorio, que no distingue entre civiles y combatientes en su conteo. Los intensos bombardeos y operaciones terrestres han dejado una destrucción generalizada y desplazado a la gran mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza, a menudo en varias ocasiones.
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Hezbollah ha cruzado fuego de forma habitual con Israel en la frontera libanesa desde que comenzó la guerra, una campaña que según la milicia pretende aliviar la presión sobre su aliado Hamás, que también recibe apoyo iraní. Los ataques y contraataques constantes han ido escalando en los últimos meses, incrementando los temores sobre la región.
Más de 590 palestinos han muerto por fuego israelí en la ocupada Cisjordania desde que comenzó la guerra en Gaza, según el Ministerio de Salud palestino. La mayoría han muerto en redadas israelíes y protestas violentas. Israel capturó Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental en la Guerra de los Seis Días de 1967, y los palestinos reclaman los tres territorios para un estado futuro.
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