CADE Ejecutivos 2024. Crédito: IPAE
CADE Ejecutivos 2024. Crédito: IPAE

(G de Gestión) es probablemente el evento empresarial anual más importante, en que el sector se junta con otros actores relevantes para seguir una agenda común que nos desarrolle como país. Antes, en ese espacio se discutían y exponían ideas, posiciones, falencias, soluciones, problemas. Los grandes escuchaban y eran escuchados por el presidente de la República o por sus ministros. Allí asistían las cabezas de los partidos políticos, del Banco Central de Reserva (BCR), de la sociedad civil, y los periodistas de peso.

Tristemente, ese momento de confluencia ha venido perdiendo significado desde hace varios años, y la CADE 2024 se sintió como un evento deslucido. La ausencia de la presidenta Dina Boluarte y de su ministro de Economía fue síntoma de la baja aprobación que tiene la Administración y de lo alejada que está del sector empresarial. No se vio a los partidos políticos mostrando su preocupación por temas nacionales ni se sintió a la sociedad civil. La prensa no fue tan incisiva ni tuvo la cobertura de antaño. Como es usual, el marcó la diferencia con su presencia e institucionalidad.

Pero, al ser un evento organizado por los empresarios, lo que más sorprende es que, estando el Perú en una crisis compleja, los más grandes representantes del gremio (y de otros gremios también), los tomadores finales de las decisiones empresariales, los que tienen el poder real —o sea, las cabezas de los grupos empresariales— brillaron por su ausencia. Como diría un amigo mío: “El que corta el queque, no fue”.

Atrás quedaron años como la CADE 2009, donde Dionisio Romero Seminario, Mario Brescia Cafferata y Alberto Benavides de la Quintana compartieron una mesa de debate; o la del 2016, en que Carlos Rodríguez-Pastor expuso un mensaje de entusiasmo. Los empresarios grandes asistían a la CADE.

Ilustración de Adriana Galbani (grrabbiity)
Ilustración de Adriana Galbani (grrabbiity)
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Es verdad que esta vez ciertos grupos de peso mandaron algunos funcionarios de confianza, pero no es lo mismo. En determinados casos no fue ni el funcionario top, y los que fueron no sé si se quedaron los dos días completos. El que toma el riesgo real —patrimonial y familiar— en una inversión de dimensiones mayores, piensa y razona distinto de un funcionario top. Respira y vive los problemas de manera diferente. No existe grupo grande que no haya tomado fuertes riesgos en algún momento determinante y que no haya “ajustado” en algún otro.

Claramente, uno hubiese pensado que la elección de Pedro Castillo los habría asustado o alertado. Pero me imagino que el “dolor” no se siente tan agudo cuando varias de las empresas más importantes del país están haciendo utilidades récord históricas y, como producto de la menor inversión en estos años de bajo crecimiento, repartiendo dividendos como nunca antes.

El año pasado terminó con 9,8 millones de personas viviendo debajo de la línea de pobreza, regresando a niveles porcentuales del 2010. Estas carencias aumentaron en las ciudades de 14,6% a 26,4% entre el 2019 y el 2023. La anemia infantil en niños menores de tres años está en 43%. La educación pública es una lágrima, con un ministro que aboga por más días libres. La violencia y el sicariato en crecimiento. El Congreso aprueba extender el plazo a los mineros ilegales. Se mantiene en rojo a la refinería de Talara y hemos perdido ahorros por 12% sobre el PBI en cuatro años… La lista es interminable.

Este desgano y las pocas ganas de participar activamente, a pesar de la relevancia y el poder que ostentan, pasan factura. Ojalá que eso cambie, para que, en los siguientes eventos importantes, aparezcan, de forma visible, defendiendo la economía social de mercado que tanto bien ha hecho al país.

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SOBRE EL AUTOR

Administrador de empresas por la Universidad del Pacífico con cursos de especialización en la Universidad de Harvard y el TEC de Monterrey. Socio fundador de CAPIA SAFI. Director independiente de empresas listadas, activista en buenas prácticas de gobierno corporativo, columnista de G de Gestión, inversionista ángel y mentor Endeavor.