Según el informe del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) y ESAN, Perú ocupa el primer lugar en cuanto al índice de espíritu emprendedor en Latinoamérica con un valor de 0.37.
Este resultado se encuentra muy por encima del promedio de la región (0.10) y las demás regiones comparables. Países como Colombia (0.29), Chile y Ecuador (0.28) ocupan la segunda y tercera posición.
“El Perú es uno de los países con mayor intención para emprender en Latinoamérica. El 43% de los peruanos están dispuestos a iniciar un negocio en los próximos tres años”, señaló Jaime Serida, profesor de ESAN y líder del equipo GEM, capítulo Perú.
Explicó que el entorno cultural cada vez más desarrollado que premia la creación de nuevas iniciativas empresariales y no penaliza el fracaso, los avances en materia de infraestructura de soporte empresarial y la normativa vigente parecen estar impulsando el crecimiento de este indicador, que ha evolucionado favorablemente en los últimos años.
El GEM es considerado como la mayor iniciativa de investigación sobre la actividad emprendedora a nivel mundial. El proyecto fue creado en 1997 gracias a un esfuerzo conjunto de Babson College y London Business School. En 1999 se realizó el lanzamiento del primer reporte, con 10 países participantes.
El Perú se sumó a esta iniciativa en el 2004 a través de la Universidad ESAN. En esta edición, 54 países provenientes de cinco continentes son los que participan en la investigación.
El índice del espíritu emprendedor considera la percepción de existencia de oportunidades, así como conocimientos, habilidades y experiencia para explotarlas de manera exitosa.
“Sin embargo, a pesar de que un alto nivel de intención a emprender sea considerado una fortaleza para la economía de un país. La intención en el contexto del emprendimiento solo refleja la predisposición para poner en marcha una iniciativa, no la disposición para identificar oportunidades y sacarlas adelante pese a las circunstancias adversas que se puedan presentar”, mencionó Carlos Guerrero, investigador del equipo GEM peruano.
En ese sentido, la percepción optimista del peruano sobre el espíritu emprendedor se materializa en los elevados valores que alcanzan sus percepciones sobre la existencia de oportunidades (56%), los conocimientos y habilidades previas para emprender (68%) y el bajo miedo al fracaso (31%).
Los objetivos del informe son evaluar el Espíritu Emprendedor de los peruanos y compararlo con otras economías de la región y el mundo, así como conocer la valoración y percepción de la población peruana hacia el emprendimiento.
El informe también revela que el 43% de los peruanos están dispuestos a iniciar un negocio en los próximos tres años. Con este resultado, el Perú ocupa la posición seis en cuanto a intención de emprender en la región. Colombia lidera el ranking latinoamericano con 53% seguido de Ecuador con 48%.
Asimismo, el estudio detalla que en el Perú el 65% está de acuerdo que emprender un negocio es una elección de carrera profesional deseable; el 63% señala que quienes tienen éxito al emprender un negocio gozan de estatus y respeto y el 75% indican que a menudo se habla de emprendedores que han tenido éxito en los medios de comunicación.
“Esta disposición es capturada por el espíritu emprendedor. Este año el GEM complementa su análisis de la actividad, añadiendo esta medida. El índice de espíritu emprendedor considera la percepción de existencia de oportunidades, así como de conocimientos, habilidades y experiencia para explotarlas de manera exitosa. Los peruanos estaríamos muy convencidos de nuestras capacidades para crear y desarrollar un negocio de manera exitosa”, mencionó Jessica Alzamora, investigadora del equipo GEM, capítulo Perú.
Indicó que las condiciones adversas que ha vivido el Perú por muchos años han preparado a los emprendedores para ser arriesgados, perseverantes, creativos, comprometidos y optimistas de cara al futuro.
“Sin embargo, frente a esta percepción de ‘sí podemos’ se contrapone la elevada tasa de mortandad de nuestros emprendimientos (6.2% frente a 5.2% del promedio de la región) y los bajos niveles de innovación (17.8% frente a 23% del promedio de la región) existentes en la gran mayoría de ellos”, puntualizó Serida.
Estos hechos reflejan la necesidad de fortalecer el espíritu emprendedor de la población desde los niveles más básicos de la educación en adelante.
De acuerdo con Jessica Alzamora y Carlos Guerrero, las circunstancias adversas que han caracterizado a nuestra economía en vías de desarrollo, han impulsado por años la gestación de competencias para sobre llevar el día a día, ahora necesitamos fortalecerlas para que la gran mayoría de la población y no solo un grupo reducido, explote al máximo su potencial y pueda generar soluciones innovadoras y escalables, que se mantengan en el tiempo.
“Rellenar los vacíos legales, de mercado, infraestructura y soporte empresarial que aún existen también forma parte de este reto”, concluyeron los investigadores.