Chile, país líder en la minería de cobre, está avanzando con una estrategia para aumentar la capacidad de procesamiento local, en un intento por reducir su dependencia de las fundiciones asiáticas y hacer que el transporte marítimo sea más limpio.
El Ministerio de Minería informó que envió el jueves al Congreso un plan para modernizar las fundiciones y refinerías existentes y desarrollar nuevas plantas en asociación con el sector privado.
El fortalecimiento de la capacidad de fundición es una prioridad para el Gobierno de izquierda del presidente Gabriel Boric, que también busca capturar más valor convirtiendo el litio en productos químicos para baterías. Más de la mitad de la producción chilena de cobre se envía en forma semiprocesada, y la última fundición se construyó en 1990.
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Una mayor fundición local reduciría los residuos involucrados en la exportación de concentrados y mejoraría la trazabilidad. Además, las fundiciones de nueva generación son mucho más limpias.
La propuesta se formuló tras sostener conversaciones con trabajadores, empresas y el mundo académico, y sigue a la decisión de la minera estatal Codelco de cerrar su fundición Ventanas por motivos medioambientales.
Identifica el rol protagónico del Estado, propietario de cuatro de las seis fundiciones existentes en Chile, en el desarrollo de nuevas capacidades a través de Codelco y la también estatal Enami.
En enero, Codelco firmó un acuerdo con la principal fundición europea, Aurubis, para analizar posibles áreas de colaboración en proyectos de fundición y economía circular en Chile. Enami está estudiando un proyecto para mejorar la fundición Hernán Videla Lira.
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