El rápido avance de la pandemia de coronavirus en Chile empieza a aumentar la presión a las mineras que tienen faenas en el mayor productor mundial de cobre, que se han mantenido operando exitosamente pese a las restricciones sanitarias.
Las cupríferas en el país sudamericano han mostrado a la fecha números de producción positivos y estimaciones optimistas, aunque redujeron el número de trabajadores dentro de las faenas y han aplicado normas de distanciamiento para evitar contagios.
Pero la muerte de un trabajador por COVID-19 de la emblemática mina Chuquicamata de la estatal Codelco la semana pasada inquietó a sus dirigentes sindicales, que consideran que la firma no hace lo suficiente para proteger a su personal.
La Federación de Trabajadores del Cobre (FTC), que agrupa a los gremios de Codelco, emitió en la víspera un comunicado amenazando con poner en cuarentena o paralizar áreas de minas hasta que se tomen medidas más estrictas.
“Esta es una advertencia en general, en caso que la administración no tome las medidas. La vida de nuestra gente es más importante que cualquier meta productiva”, dijo Liliana Ugarte, jefa del sindicato 2 de Chuquicamata.
Codelco dijo que no reaccionaría al comunicado emitido por la FTC. Tampoco respondió a preguntas sobre el estado de sus operaciones o despachos.
El miércoles reguladores gubernamentales del sector minero realizaron una inspección de varias horas a Chuquicamata para constatar el cumplimiento de protocolos.
“No hemos encontrado mayores novedades, todos los protocolos se están aplicando como corresponde, conversamos con los trabajadores y ellos también acusan que no hay ninguna novedad”, dijo el representante del gobierno regional para minería, Alex Acuña.
Las mineras en general adoptaron turnos más largos para evitar una masiva rotación de personal en las minas y establecieron controles para trazar los eventuales casos que se registren.
“No estamos aislados, si los casos aumentan en el país es difícil escaparse, pero hasta ahora hemos soportado mejor que nadie”, reconoció un ejecutivo de alto rango de una minera privada, que prefirió no identificarse debido a la sensibilidad del tema.
Chile supera los 154,000 contagios del virus y más de 2,600 fallecidos.
Por su parte, Patricio Tapia, jefe del sindicato de trabajadores de Escondida, la mina más grande del mundo y controlada por BHP, explicó que en el yacimiento se han cumplido los protocolos de seguridad y hasta ahora registran 98 contagios de un universo cercano a 10,000 trabajadores.
“La salud y luego la producción”, afirmó tras comentar que unos 600 trabajadores con enfermedades de base permanecen en sus casas para evitar su exposición al virus.
Otras minas de menor escala, como Caserones de Lumina Copper, han aumentado el número de contagios al ritmo que crecen los casos en todo el país. Caserones tiene cuatro casos en su personal propio y 11 en empresas contratistas. Hasta ahora ninguna empresa ha asomado la posibilidad de recortar operaciones.
“La operación se mantiene de acuerdo a la planificación con las restricciones propias del año (invierno) y las medidas implementadas en faena por la pandemia para resguardar la seguridad y salud de los trabajadores”, dijo Caserones.