La gran motivación de los jóvenes de la Generación Z (nacidos entre 1996 y 2012) para trabajar no es solo la remuneración económica, sino principalmente tener una conexión con la cultura corporativa de la empresa que los contrate. Además, buscan retos, un crecimiento rápido y un balance entra la vida personal y profesional. “Lo que los motiva a ingresar a una organización es mucho más profundo”, afirma Sandra Cubas, partner en Cornerstone.