La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, insistió en que se tiene que cumplir el objetivo de que a comienzos del 2021 llegue el dinero del plan de recuperación europeo, que se encuentra bloqueado por la negociación entre países.
En una entrevista publicada en la página web de “Le Monde”, Lagarde afirmó que “el objetivo de la Comisión es que se pueda pagar a comienzos del 2021 y debe cumplirse absolutamente”.
Hizo notar que “la pelota está en el campo de los Estados”, que deben presentar sus propios planes -algunos están ya listos-, que el Ejecutivo comunitario deberá someterlos a examen y que los parlamentos nacionales luego deberán adoptar los dispositivos.
“Es crucial que este plan excepcional, que ha levantado importantes tabúes en ciertos países, sea un éxito”, subrayó.
Los riesgos son que no sea selectivo, que se pierda “en los dédalos administrativos” o que no llegue a la economía real para darle una orientación más digital y más verde.
El plan de recuperación de 750,000 millones de euros choca con la confrontación entre la voluntad de condicionar las ayudas al cumplimiento de los principios del Estado de Derecho y la oposición de algunos Estados que se sienten señalados por esas reglas.
Lagarde aseguró que en caso de un agravamiento de la situación económica el BCE no ha agotado todas sus posibilidades y “si hay que hacer más, haremos más”.
Actualmente, el escenario central prevé una caída de 8% del Producto Bruto Interno (PBI) de media en la zona euro, incluyendo restricciones parciales y localizadas. Si las cosas empeoraran, las previsiones se revisarían en diciembre.
A su parecer, lo más grave del impacto de la crisis a largo plazo son las pérdidas de empleo, y por eso “nos parece esencial que las redes de seguridad puestas en marcha por los gobiernos durante esta crisis no se retiren de forma prematura”.