Los gobiernos subnacionales no están calificados para ejecutar obras en beneficio de la población, por lo que se se deben aliar a las compañías mineras para mejorar sus competencias de gestión y optimizar la inversión pública, sostuvo Edgardo Orderique, director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), .
“Mientras tengamos la mayor cantidad de dinero ejecutado en obras de bienestar general, ciertamente habrá mayor paz en las localidades y, por consiguiente, licencia social para las operaciones y proyectos mineros. Esa es la fórmula, pero requiere bastante coordinación entre autoridades y empresas”, declaró Orderique.
Asimismo. resaltó el trabajo de las mineras en beneficio de las comunidades. “Nuestro sector financió mucho de los equipos e instrumentos que fueron empleados en los hospitales y postas para la atención oportuna a los habitantes, tanto de las áreas de influencia como de la propia región, lo que conllevó a un mejor relacionamiento con la población e implicó una activa colaboración con las autoridades locales por el bien social”, reflexionó.
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Tendencias en el sector
En otro momento, Edgardo Orderique, con base en su reciente experiencia en Las Bambas, que apunta a ser una mina inteligente en 2030, remarcó que la industria minera está experimentando la tendencia de la transformación digital, la cual debe ser implementada siempre que aporte valor en aspectos de productividad, seguridad, rentabilidad y descarbonización.
“Si la digitalización no genera ningún rédito en estos cuatro factores, no puede ser aplicada. No obstante, la experiencia demuestra que sí está agregando valor en labores de extracción, transporte y procesamiento, y contribuyendo con suficientes datos que propicien la toma de decisiones estratégicas para la excelencia continua de la unidad minera”, aseveró.
Asimismo, mencionó que otra de las tendencias en la industria es el trabajo remoto en los centros de control de operaciones instalados en las ciudades, desde donde se pueden manejar las actividades de mina, planta y exportación, lo que favorece la menor exposición del personal a labores de riesgo y la mayor reducción de costos de alojamiento y servicios básicos.
“Los centros de operaciones remotas no solo tiene por objetivo realizar el trabajo a distancia, sino también facilitar a los responsables interactuar y agregar valor al negocio al encontrarse en un solo ambiente controlado. Estas instalaciones son un gran atractivo para los profesionales que deseen desempeñarse desde la ciudad y manipular la operación”, señaló Orderique.
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