Por Andrea Felsted
El consumismo vuelve a estar de moda a pesar de la persistente pandemia de COVID-19.
Los mayores minoristas de vestuario de Europa, Inditex SA y Hennes & Mauritz AB, demostraron que la demanda de la moda rápida es más fuerte de lo esperado debido a que los consumidores están tratando de regresar a alguna forma de normalidad. La buena noticia ha hecho que el índice minorista Stoxx Europe 600 suba 4% esta semana.
Si bien el gigante minorista español Inditex de todas formas reportó una pérdida neta en el primer semestre de su año financiero, esta fue menor a lo que los analistas temían.
El presidente de la firma, Pablo Isla, calificó el segundo trimestre como un “punto de inflexión”, ya que la firma propietaria de las cadenas Zara, Oysho y Pull & Bear volvió a la rentabilidad.
La habilidad de la compañía que logró llevar las prendas desde los talleres de diseño hasta las tiendas en cuestión de semanas le permitió reducir sus niveles de existencias en 19%, una hazaña extraordinaria durante el período sin precedentes de confinamiento por el coronavirus.
Pero el indicador más revelador es la forma en que se han comportado las ventas a lo largo del año. Después de caer 44% en el primer trimestre y mantenerse 31% abajo en el segundo trimestre, la disminución fue de solo 11% entre el 1 de agosto y el 6 de setiembre. Es una señal de que es posible que se observe una recuperación para la temporada de regreso a la escuela y, para algunos, el regreso a la oficina.
La pandemia ha potenciado enormemente el comercio electrónico y, tanto Inditex como H&M se han ayudado a sortear la tormenta reforzando sus operaciones en línea. Otros minoristas digitales también se han beneficiado. Poniendo en evidencia este entusiasmo, las acciones del vendedor en línea de cosméticos y batidos de proteínas THG Holdings Ltd. subieron más de 30% el miércoles, su primera mañana de cotizaciones.
Pero no solo prosperan los pedidos a través de internet y teléfonos móviles. La marca Primark, de Associated British Food Plc, también se ha negociado fuertemente desde que reabrieron las tiendas, incluso pese a que la cadena siguió resistiéndose obstinadamente a la tendencia de ventas en línea.
Entonces, ¿qué hay detrás de la recuperación del sector minorista?
Como los viajes al extranjero pasaron a segundo plano por ahora, estos están liberando más ingresos disponibles para gastar en lucir la última moda o darse otros gustos. El martes, Ocado Group Plc señaló que evidenció la diferencia en julio y agosto con las personas que pasaron sus vacaciones en casa.
Un año antes, muchos más viajaban para sus vacaciones, por lo que no agregaban botellas de vino o carne para la parrilla a sus carros de compra en línea.
A medida que regresa la vida social, las personas se sienten más ansiosas por volver a gastar y vestirse bien. Solo eche un vistazo a la gente que camina por los parques y se pasea por la playa. Es posible que, como han pasado tanto tiempo trabajando en ropa deportiva, salir de casa ahora sea la excusa perfecta para lucir un lindo vestido.
Pero por fuerte que sea el repunte, los minoristas no deben caer en una falsa sensación de seguridad. Si bien los consumidores están preparados para regresar a las tiendas suburbanas, que a menudo se encuentran en espacios al aire libre con cómodos estacionamientos, el comercio del centro de la ciudad permanece cerrado.
ABF dijo que esperaba que las ventas en tiendas comparables de Primark en el Reino Unido fueran 12% más bajas que hace un año entre la fecha de la reapertura, en junio, y el final de su año financiero, el 12 de setiembre. Pero la caída sería solo de 5% si se excluyen las cuatro grandes tiendas de la cadena en Londres, Birmingham y Manchester.
A menos que haya un regreso al trabajo a gran escala, o que los consumidores sientan más confianza para viajar en transporte público y visitar lo que perciben como lugares llenos de gente, es difícil que esta división entre locales cambie.
Mientras tanto, persisten otros riesgos, como el potencial de la segunda ola del virus. Y, por supuesto, es posible que el efecto económico de la pandemia no se sienta por completo todavía. El aumento del desempleo o el temor a la pérdida de empleos podrían hacer que los consumidores sean más cautelosos.
Pero por ahora, los minoristas deberían alegrarse por el aumento del gasto, particularmente porque podría no durar mucho más.