En los últimos cuatro años, Estados Unidos protegió a Citgo Petroleum de acreedores que buscaban apoderarse del refinador de Venezuela, pero un juez estadounidense iniciaba el lunes un proceso de subasta que se espera coloque a la empresa con sede en Houston en manos de rivales o inversores.
La subasta podría iniciar un nuevo capítulo para la empresa que ha sido propiedad de Venezuela durante casi 40 años.
Un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo en Washington la semana pasada que el alivio de las sanciones petroleras del gobierno de Joe Biden no debería afectar la subasta. En una decisión separada, Estados Unidos extendió hasta enero la protección a Citgo contra acreedores.
Es probable que Citgo termine el próximo año en manos de uno o más de los mayores refinadores que operan en Estados Unidos, potencialmente dejando a Venezuela con las manos vacías, según las personas más estrechamente involucradas en el caso.
Washington y la oposición de Venezuela querían que Citgo anclara el futuro económico del país bajo un gobierno elegido democráticamente. Pero ambos han fallado en romper el control del poder del presidente Nicolás Maduro desde su disputada reelección en 2018.
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Ahora, la subasta forzada, que involucra a una matriz cuyo único activo es la empresa refinadora, ofrece potencial para recaudar unos US$ 13,000 millones para pagar a un pequeño número de una larga lista de acreedores vinculados a Venezuela, según cálculos oficiales.
Se espera que pocas empresas puedan ofertar por todo el negocio: tres refinerías, seis oleoductos y 4,200 minoristas independientes de gasolina.
La venta podría convertirse en la subasta judicial más grande jamás realizada. Se espera que entre los postores se encuentren Marathon Petroleum, Valero Energy, Koch Industries y la empresa de propiedad saudita Motiva Enterprises. Inversionistas en infraestructura también podrían presentar ofertas, según personas cercanas al asunto.
Motiva, Valero y la compañía matriz de Citgo, la petrolera estatal venezolana PDVSA, no respondieron a solicitudes de comentarios. Marathon, Citgo y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos declinaron comentar.
El precio y preocupaciones antimonopolio limitarán el grupo de postores por toda la compañía, dijo Matthew Blair, director gerente de investigaciones en refinación de la firma financiera Tudor, Pickering, Holt & Co.
“Esperamos que habrá que dividirlo”, afirmó. Además, “los activos vienen con cierta exposición para mayoristas y minoristas de gasolina, lo que podría dificultar las cosas para compradores extranjeros”.
Las posibilidades de Venezuela de retener alguna participación en Citgo son muy escasas, según los expertos.
Cuando Venezuela puso Citgo en venta en 2014, la empresa fue valorada en casi US$ 12,000 millones. Su rentabilidad ha mejorado notablemente desde entonces, lo que podría atraer ofertas más altas. Pero la deuda externa del país supera los US$ 90,000 millones.
“Citgo se va a perder. Ahora sólo es cuestión de ver cuanto demorará la subasta”, dijo el ex procurador general de Venezuela, José Ignacio Hernández. “No vamos a conseguir ni los restos”.
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Juez determinado
En 2019, el juez de distrito en Delaware Leonard Stark demostró que PDVSA era el alter ego de Venezuela, un fallo judicial poco común que abrió la puerta para que Crystallex International buscara tomar acciones de una de las matrices de Citgo, PDV Holding, para recuperar activos que había perdido por expropiación en Venezuela.
Venezuela creía que podía escudarse del avance de los acreedores porque los tribunales estadounidenses generalmente tratan a las corporaciones como entidades separadas de sus propietarios.
Desde que Citgo rompió vínculos con su matriz PDVSA en 2019, el gobierno de Estados Unidos ha reconocido una serie de juntas supervisoras designadas por la Asamblea Nacional de Venezuela, liderada por la oposición.
“Fue útil tener una junta ad hoc”, dijo Natalie Shkolnik, socia litigante del bufete de abogados Wilk Auslander, quien escribió sobre el hallazgo. “Simplemente no fue suficiente para evitar el hallazgo del alter ego”.
Maduro se opuso a los nombramientos de las juntas y ha dicho que Citgo fue “secuestrada” por Estados Unidos.
Stark, de 54 años, sentó metódicamente las bases para la subasta contratando a un banco de inversión y nombrando a un funcionario judicial especial para tratar con las agencias estadounidenses que protegen a Citgo.
Su demostración del alter ego en 2018 vinculó por primera vez a PDV Holding con las deudas de Venezuela, un fallo que los abogados de Venezuela continúan peleando ante la Corte Suprema de Estados Unidos. La apelación está pendiente.
Stark declinó transferir el caso a otro juez tras ser ascendido en 2022 a un tribunal de apelaciones. Este año contrató a la firma de inversiones Evercore Group para recolectar datos financieros y mercadear la empresa.
Evercore está solicitando una oferta inicial que podría divulgarse esta semana. Una oferta de este tipo podría incluir empresas con los mayores laudos arbitrales, incluidas ConocoPhillips y Exxon Mobil.
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Conoco dijo que está “buscando todas las vías legales disponibles” para cobrar sus tres laudos arbitrales. Exxon declinó comentarios.
Stark reconoció desde el principio que el caso tenía un alcance más amplio que Citgo. Envió a un funcionario judicial a la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que por largo tiempo ha bloqueado reclamos contra Citgo, y recibió autorización previa para la subasta.
El juez Stark no respondió a una solicitud enviada al tribunal para ser entrevistado. Se espera que los postores presenten ofertas confidenciales a Evercore.
“La subasta no es un proceso equitativo ni justo. Sólo cobrarán los primeros en llegar mediante la destrucción de un activo”, dijo Horacio Medina, quien preside una de las juntas que supervisan a Citgo, a Reuters. “El juego no ha terminado”.
Carlos Jordá, el respetado director ejecutivo de Citgo que fue designado en 2019 para liderar la empresa, ha logrado contrarrestar años de mantenimiento deficiente que la matriz, con sede en Caracas, había ignorado, ha reducido la deuda y mejorado las finanzas.
Sus tres refinerías funcionaron a un promedio del 98% de su capacidad en los últimos cuatro trimestres. Durante ese mismo período, los ingresos netos acumulados de la empresa ascendieron a US$ 4,920 millones, en comparación con su primer año, cuando la empresa registró una ganancia de 246 millones de dólares.
Jordá declinó a través de un portavoz a ser entrevistado.
Pero si Citgo y sus juntas supervisoras no logran llegar a acuerdos de pago antes de que se declaren los ganadores de la subasta el próximo año, Venezuela, que compró a Citgo para consolidar su estrategia de internacionalización, podría terminar sin nada.
La red de refinación de 807,000 barriles por día de Citgo, que está orientada al procesamiento de los crudos pesados venezolanos, es tan esencial hoy como lo era cuando PDVSA adquirió la compañía.
“Citgo seguirá siendo estratégica para Venezuela en los próximos 20-25 años, no como empresa refinadora netamente, sino con un rol diferente”, afirmó Medina. Citgo podría algún día competir con PDVSA operando como una compañía petrolera integrada verticalmente con activos de producción en Venezuela.
Hoy, eso parece una esperanza difusa.
“La pérdida de Citgo tendrá un daño moral gigantesco para los venezolanos y no va a tener ningún beneficio, excepto para los pocos afortunados que logren colarse en la subasta”, dijo el ex procurador Hernández.
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