Royal Dutch Shell está considerando la posibilidad de obligar a los trabajadores de algunas operaciones a vacunarse contra el COVID-19 o correr el riesgo de ser despedidos, según un documento interno de la empresa visto por Reuters.
La compañía energética, que emplea a unos 86,000 trabajadores en más de 70 países, sopesará los pros y los contras de la política en una reunión del comité ejecutivo el viernes, dijeron dos fuentes que declinaron ser identificadas.
Shell no quiso hacer comentarios.
Las empresas de todo el mundo analizan cómo responder al problema de la vacunación contra el COVID-19, ya que algunos países tienen dificultades para inocular a su población o, en algunos casos, la gente se niega a recibir la inyección.
El memorando interno de Shell, fechado el 1 de septiembre, recomienda que la empresa “mantenga el rumbo con nuestra política actual de promoción firme de la vacunación, pero sin obligación”, añadiendo que, sin embargo, debería considerar la introducción de un mandato de inmunización para operaciones específicas.
Esto incluiría a los empleados de las plataformas marinas, en las que el aislamiento y la evacuación son complejos y muy perturbadores, según el documento.
“Para el personal que se niegue a cumplir con un mandato de vacunación, haríamos todos los esfuerzos razonables para evitar el despido, pero no tendremos otra alternativa que hacerlo”.
La empresa también está explorando activamente la introducción de la política de vacunación obligatoria para los trabajadores de alta mar en el Golfo de México, según el documento