La industria hotelera es una de las más sensibles ante crisis sociales como las que vive actualmente el país. La llegada de turistas se ha ralentizado desde diciembre ante la violencia que se vive en la región sur.
“Las protestas no han estado concentradas en Lima, pero el turista extranjero no sabe eso. Además, el término estado de emergencia’ es bastante negativo y eso genera que llamen a nuestro departamento de reservas para saber si hay, por ejemplo, toques de queda”, comenta Thane Kuhlman, gerente general de Pullman San Isidro, hotel perteneciente a la cadena Accor.
De acuerdo con el ejecutivo, muchas compañías del exterior están dando instrucciones a su personal corporativo de no viajar al Perú. Todo esto supone nuevos desafíos para esta industria en general. “El 2022 fue complicado, pero al final del año tuvimos un repunte bastante importante”, dice Kuhlman.
El ejecutivo cuenta a Gestión que los meses de setiembre, octubre y noviembre del 2022 tuvieron una alta demanda en relación con eventos y turismo corporativo, e incluso con turistas vacacionales. Sin embargo, tras el inicio de las protestas sociales en diciembre, se han dado muchas cancelaciones, sobre todo en ese mes.
“Muchos pospusieron sus planes para enero, los cuales todavía no se han cancelado. Pero si las cosas empeoran, se puede ver algo parecido otra vez”, advierte Kuhlman.
De acuerdo con el directivo, esta situación los pone a reflexionar sobre cómo proteger el negocio y, sobre todo, el recurso humano. “Las cosas que no sean necesarias se van a poner en standby”, sostiene.
Estrategia
En ese sentido, la estrategia de la compañía este año es sacarle provecho a las remodelaciones que tuvo Pullman San Isidro durante el 2022 y posicionar en el mercado local su oferta. “Tenemos que enfocarnos en el consumidor local, que ya ha empezado a conocer nuestra terraza, bar y restaurante”, señala Kuhlman,
La expectativa de Pullman, así como de toda la industria hotelera, es que las autoridades políticas lleguen a un consenso y poder atraer nuevamente al turista extranjero y al consumidor local.
“Sin contar lo que sucede ahora, se proyecta un año fuerte en cuanto a eventos corporativos. No se puede predecir cuánto porque la ventana de reservas es muy corta en eventos. Ahora puede que no tengamos nada, pero para finales de enero puede llenarse rápidamente”, indica el ejecutivo, quien apunta que un porcentaje sustancial de los ingresos de Pullman proviene de eventos corporativos.
En cuanto a la ocupación prevista para este año, Kuhlman dice que este año se registrarán cifras superiores a las del 2019. “Ya se estaba viendo una mejora, así que en general esperamos todavía tener un mejor año”, asegura.