La colocación de Petróleos Mexicanos de US$ 2,000 millones en bonos es hasta ahora, la nueva deuda más cara del año, dado que la petrolera estatal mexicana enfrenta alternativas cada vez más reducidas para pagar su enorme deuda de US$ 105,000 millones.
El martes, Pemex colocó nuevas notas con vencimiento en 2033 a un rendimiento de 10,375%, el más alto de cualquier venta de deuda en dólares a 10 años en lo que va del año, según datos compilados por Bloomberg.
Si bien el alto costo puede explicarse parcialmente por las condiciones crediticias globales, el hecho de que la perforadora haya recurrido a los mercados internacionales de capitales resalta los problemas por los que atraviesa, y a medida que una deuda por valor de alrededor de US$ 10,000 millones vence este año.
El elevado costo de endeudamiento de la gran petrolera se compara con el rendimiento del 5.35% que obtuvo cuando en 2018 vendió notas a 10 años en un contexto de política menos restrictiva por parte de la Reserva Federal. Mientras tanto, a principios de este año, México logró colocar una oferta de bonos a 12 años a solo 6.395%.
La pregunta ahora es cómo la gran petrolera más endeudada del mundo adquirirá el resto del efectivo que necesita para mantenerse al día con las obligaciones de bonos, a medida que los inversionistas esperan más detalles sobre cómo el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ofrecerá su apoyo.
“En aras de mantener contenido el costo del servicio de su deuda, espero que Pemex se mantenga al margen y el Gobierno intervenga”, dijo Aaron Gifford, analista de deuda soberana de mercados emergentes en T. Rowe Price en Baltimore.
La sobresuscrita emisión de bonos, que Pemex calificó como un “exitoso regreso a los mercados internacionales”, también exigió el rendimiento más caro entre 23 de los bonos en dólares en circulación de la compañía rastreados por Bloomberg.
Atrajo aproximadamente US$ 10,000 millones en demanda de inversionistas con un costo muy por encima de la venta de bonos de US$ 2,000 millones de la perforadora estatal colombiana Ecopetrol, que tuvo un rendimiento de emisión de 9%, a principios de este año.
Los voceros de Pemex y de la Secretaría de Hacienda de México no respondieron de inmediato a la solicitud de comentarios adicionales.
No es suficiente
Los US$ 2,000 millones recaudados esta semana solo cubrirían una parte de las próximas amortizaciones, en tanto que el Gobierno aún no ha definido medidas adicionales para ayudar a Pemex.
Eso hace que algunos inversionistas se pregunten si la petrolera no tendrá otra opción que regresar a los mercados de deuda globales, dependiendo de cómo resulten otras fuentes de financiamiento. El año pasado, una venta inesperada de bonos asustó a los gestores de fondos, lo que impulsó el diferencial de los bonos de la compañía respecto a otras notas soberanas similares a un récord.
Los bonos 2050 de Pemex negocian con una prima de 4.7 puntos porcentuales sobre los bonos soberanos mexicanos similares, una brecha que se ha mantenido a medida que aumentan las dudas sobre la medida en que el Gobierno seguirá respaldando a la petrolera.
“Al final del día, la relación entre Pemex y el Gobierno es más importante que el cambio en su flujo de caja libre”, dijo Ayman Ahmed, un gestor de cartera asociado en Thornburg Investment Management Inc. en Santa Fe, Nuevo México. “La cantidad de fondos necesarios para mantener a flote a Pemex no es mucho para México en general sobre una base anual”.
La producción de crudo ha ido menguando durante más de una década y media. La compañía se ha enfocado en expandir su capacidad de refinación como parte de una apuesta del Gobierno para hacer que México sea autosuficiente en generación de combustible, restándole importancia a su labor principal de perforación.
Desde que AMLO asumió el poder a finales de 2018, Pemex ha recibido cerca de US$ 45,000 millones en capitalizaciones, exenciones fiscales y otras formas de apoyo federal. Alrededor de US$ 17,200 millones provienen de capitalizaciones y transferencias a Pemex para ayudarla a pagar la deuda que vence.
Se han acumulado otros US$ 24,000 millones a través de recortes en la tasa de Derecho de Utilidad Compartida (DUC) de la petrolera. Ha recibido alrededor de US$ 4,200 millones a través de otros medios.
En el futuro, es posible que el Gobierno podría reasignar gastos de su presupuesto federal este año para ayudar a la empresa a pagar las amortizaciones de su deuda, según los analistas de Moody’s Investors Service, incluido Renzo Merino.
Eso “contribuiría al aumento de la rigidez del gasto que hemos destacado como un desafío clave para el soberano”, escribieron en una nota del jueves. “Si el soberano asume la deuda de Pemex, Moody´s evaluará el impacto que esto tendría en las métricas de la deuda del Gobierno”.
Los inversionistas ahora deben esperar detalles sobre qué más tiene México para ofrecer a su empresa petrolera estatal, que debe miles de millones de dólares a proveedores y tenedores de bonos este año.
“Hay muchas cosas que tendrían más sentido para resolver el problema de Pemex que acudir a los mercados con rendimientos de dos dígitos”, dijo Gifford de T. Rowe. “El problema es que la empresa está restringida por las prioridades del Gobierno que están más impulsadas social o políticamente, que centradas en maximizar el valor”.