Los nuevos accionistas del Banco Azteca están decididos a fortalecer la institución financiera no solo con inyección de capital sino también con el rediseño de planes y estrategias.
Así se desprende del informe de clasificación de riesgo del banco elaborado por Moody´s Local, en el que da cuenta de un adecuado índice de capital global de 18.41% al cierre del 2020, fortalecido por el aporte de S/23.6 millones realizado por los nuevos accionistas en diciembre último, reflejo de su compromiso con la institución.
En esa línea, la agencia de rating considera positivo el plan de fortalecimiento patrimonial por S/15 millones establecido para este año por el Banco Azteca, que contempla un nuevo aporte de accionistas y otros mecanismos adicionales, “siendo su cumplimiento relevante para sostener la clasificación”.
“Lo anterior permitiría al banco absorber las pérdidas estimadas para el 2021, producto del deterioro esperado en la calidad de la cartera de créditos”, refiere.
Venta de acciones
El 1 de diciembre del 2020, se finiquitó la venta del total de acciones del Banco Azteca bajo la titularidad del Grupo Elektra, de C.V. y Elektra del Perú, con lo cual el Grupo Salinas dejó el negocio bancario en Perú, y el control recae en el nuevo accionariado, conformado por 21 personas naturales y 1 persona jurídica (menos del 10% cada uno).
Moody’s Local menciona que -bajo el nuevo plan de negocios- los esfuerzos del Banco Azteca en el 2021 estarán enfocados principalmente en estabilizar la cartera de créditos, a través del crecimiento de préstamos a clientes con mejor perfil de riesgo (bancarizados), apalancado en la modernización de sus sistemas de riesgos; el incremento de ingresos por servicios financieros (venta de seguros), y la reducción de provisiones por riesgo de incobrabilidad de créditos mediante mejoras en la gestión de cobranzas.
En particular, Moody´s Local resalta que en el 2021, el banco estima realizar castigos (retirar de sus balances créditos en situación de pérdida) por un monto superior a los registrados históricamente, con la finalidad de limpiar la cartera de préstamos.
A ello se suma, señala, la nueva estrategia del banco de enfocarse más en clientes de menor perfil de riesgo, que le permitiría regresar a los niveles de morosidad prepandemia.
Bajo presión
Justamente, la calificadora de riesgo ratificó la categoría B- al banco, pero acotó que la misma se mantiene bajo presión a causa del deterioro en los indicadores de calidad de cartera y rentabilidad, ante los efectos de la pandemia del covid-19 en la economía.
La clasificación recoge el nivel de cobertura de la cartera con problemas mediante provisiones, que se ubica por encima del promedio registrado por la banca de consumo y las entidades especializadas en créditos de consumo.
Sobre el nuevo enfoque del banco, Moody’s Local precisa que al cierre del 2020, el 23.5% de la cartera de créditos de la institución se concentra en clientes bancarizados (24.4% a enero de 2021), e incluso sus esfuerzos estarán orientados a incrementar dicha participación a 50% hacia el cierre del año en curso.
Asimismo, resaltó que el Banco Azteca introdujo un plan de eficiencias en gastos enfocado en el cierre de las sucursales menos rentables.
La calificadora continuará monitoreando la capacidad de pago, así como la evolución de sus principales indicadores financieros, pues aún no es posible determinar el efecto final de las reprogramaciones de créditos realizadas por el banco, en vista de que la pandemia del covid es un evento que sigue en curso.
Para sostener las clasificaciones vigentes del banco, será importante el cumplimiento de su plan de fortalecimiento patrimonial, de cara a poder absorber las pérdidas estimadas para el 2021 y así preservar sus niveles solvencia, según Moody’s Local.