Apenas unos meses después de que sus rivales Goldman Sachs Group Inc. y Morgan Stanley adoptaran estrategias divergentes para el regreso del personal a sus oficinas, de pronto están de acuerdo: es probable que sea necesario adoptar medidas de precaución más estrictas.
Goldman, el primer gran banco de Wall Street que exige a sus empleados que vuelvan a las oficinas en Estados Unidos, está preparando nuevas medidas para prevenir brotes en el lugar de trabajo, según personas con conocimiento de las discusiones.
Los planes que se están desarrollando incluyen pedir al personal que lleve mascarilla dentro de las oficinas y aumentar las pruebas para detectar contagios antes de que puedan propagarse, dijeron las personas.
Al otro lado de la ciudad, Morgan Stanley acaba de informar al personal que pronto deberá presentar una prueba de vacunación contra el COVID-19 para ingresar a sus edificios.
La firma se desmarcó de sus competidores en junio al exigir las vacunas, pero aplicó la norma mediante un sistema de honor, pidiendo a los empleados que dieran fe de su estado.
La medida adicional es necesaria para “proporcionar una mayor comodidad a quienes trabajan en la oficina”, dijo el banco al personal en un memorando el martes.
Una portavoz de Goldman Sachs declinó formular comentarios sobre los planes del banco.
Enfoque en Londres
Las mascarillas son una imagen familiar en la City de Londres. En el Reino Unido, las medidas de salud y seguridad existentes en las oficinas se mantuvieron sin cambios en julio en firmas como Goldman y JPMorgan Chase & Co. aun cuando se levantaron las restricciones gubernamentales sobre el contacto social.
En el Plumtree Court de Goldman, en Londres, las políticas incluyen “el uso de mascarilla en todo momento, excepto cuando se está sentado en el escritorio, el distanciamiento social y la participación en el programa de pruebas in situ”, según un memorando interno enviado el mes pasado.
JPMorgan exige el uso de máscaras faciales al ingresar a los edificios y en todas las áreas comunes, como ascensores y vestíbulos, en sus oficinas de Europa, una política que también se volvió a implementar en sus oficinas en EE.UU. tras haber sido eliminada para los empleados vacunados.
En todo el sector financiero, una industria que fue pionera en el regreso a las oficinas este año, ahora se están modificando los planes a medida que los ejecutivos se enfrentan a la variante delta altamente contagiosa y a la persistente resistencia a las vacunas. Además de exigir mascarillas, otros grandes bancos han retrasado en las últimas semanas los plazos para volver a llenar sus torres o han manifestado una nueva voluntad de ser flexibles a largo plazo.
En Morgan Stanley, los ejecutivos están ajustando las expectativas de regresar a las oficinas. El director ejecutivo, James Gorman, dijo en una conferencia en junio que se sentiría “decepcionado” si la gente no estaba de vuelta para el feriado del Día del Trabajo en setiembre. Pero la firma se ha abstenido de fijar un plazo, y el memorando del martes tuvo un tono más paciente.
“En las próximas semanas, continuaremos evaluando la forma mejor y más segura de lograr que la mayoría de nuestros empleados trabajen en la oficina, reconociendo que esta medida puede llevar más tiempo del que habíamos previsto en un principio”, dijo el banco.