Las obras de teatro, al igual que otros eventos que concentran grandes grupos de personas en áreas cerradas, han quedado a la cola de la reactivación económica. En el caso de Drama, asociación cultural sin fines de lucro que produce obras de teatro, pasó de tener seis temporadas al año en Lima, a tentar nuevos productos.
Drama funciona como una trilogía, donde una de las líneas de negocio es la obra de gran formato de Los Productores; otra administra el teatro La Plaza en Larcomar, y la tercera tiene a cargo Sala de Parto, que es una incubadora de obras de teatro no comerciales con un festival anual.
Entre las innovaciones que trajo la pandemia está alquilar el teatro La Plaza al sector corporativo. Para ello, dotan al espacio de cámaras de alta resolución e internet de fibra óptica para que se puedan hacer eventos vía streaming o usarlo como un estudio de grabación. Estará listo para noviembre.
Asimismo, de cara a la campaña navideña elaboran un dossier de productos dirigidos a empresas. Shows de fin de año, noche de talentos o la premiación anual. Todo a cargo de actores de la asociación. “Estamos haciendo todo lo que podemos para sobrevivir”, explicó Alejandro Clavier, director artístico de Los Productores y Sala de Parto.
En tanto, se creó la unidad artística llamada La Plaza Media, que explora el arte audiovisual. Preparan un documental de cómo se hizo la obra Hamlet, para el próximo año producirán una película del director Josué Méndez, y otra película basada en el libro Mi Planta de Naranja Lima, filmada desde el lenguaje teatral. Sin mencionar que buscan entrar al mundo del podcast.
Cabe recordar que, como asociación sin fines de lucro, todo el dinero que ingresa como utilidades son reinvertidas en el mismo año para seguir generando obras menos comerciales. Esto lo hacían a través de Sala de Parto, que este año no tendrá festival.
Teatro La Plaza existe hace 17 años y Los Productores se va para los ocho. Pero las obras no se circunscriben a una sola sala. Antes de la pandemia, la productora también trabajaba directamente con el teatro Luigi Pirandello, bajo un acuerdo con el Instituto Italiano de Cultura generando la programación de todo el año. También tienen una obra al año en el teatro Peruano Japonés, que este año se canceló.
Zoom teatral
Ya son casi diez obras de teatro virtuales que se han estrenado desde que inició la pandemia a través de Zoom. Este sábado es la última función de ‘7 minutos’ y estrenarán ‘Vete 2020’, comedia con Almendra Gomelski, Katia Condos y Gianella Neyra.
También están próximos a estrenar ‘Instrucciones para despedirse de una casa’, obra por encargo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que habla sobre la migración.
Clavier recuerda la primera obra que lanzaron en julio pasado, ‘Amigas del cole’, fue un éxito y tuvo más de 300 personas conectadas en Zoom. Sin embargo, la expectativa con el paso del tiempo disminuyó. Y ahora tienen 200 conectados por función, en promedio.
Esto los obligó a ajustar las proyecciones. “Estamos haciendo funcionar nuestro teatro virtual. Empezamos con 300 personas, pero recuerda que las personas no podían ni salir a caminar. Es un espacio de entretenimiento distinto”, comentó.
¿Y el regreso?
Ante lo mencionado a Gestión por el ministro de Cultura, Alejandro Neyra, sobre la posibilidad que este mes se conozcan los protocolos para espectáculos con público, entre ellos el teatro, Clavier se mostró optimista por lo que pueda venir.
“Me emociona, vamos a diseñar toda la experiencia para el espectador. Es la oportunidad de retomar una relación con gente que tienes muchas ganas de ver”, apuntó.
Aunque reconoció que es incierta la fecha y esto podría pasar en los próximos seis meses, subrayó que apenas el gobierno lo permita, al día siguiente estarán ofreciendo una obra. Asumió que será de a pocos la reapertura de las salas, y han calculado que el aforo máximo será de 30%.
¿Cómo sostienes una obra de teatro, con actores en vivo con un aforo tan bajo? “La decisión es bajar costos. Por ejemplo, programas de mano ya no vamos a tener. Es una mezcla de decisiones de ir viendo línea por línea los presupuestos, eligiendo las obras, y sabiendo que va a ser duro”, precisó.
Con todos los proyectos en marcha, la situación no da para mirar más allá. Su futuro es tomar buenas decisiones para sostener la marca. Pero una deuda pendiente es llevar más gente al teatro. Aun habiendo entradas accesibles, hay gente que nunca se ha planteado ir a una sala. El reto, explicó Clavier, es cómo hacer para que más gente acceda a una obra.