La pandemia de COVID-19 forzó el cierre de millones de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en Latinoamérica y el Caribe y generó una pérdida del empleo más grave que en cualquier otra región del mundo y una situación que será muy difícil revertir en el corto plazo.
Así lo advierte un informe publicado hoy por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las perspectivas sociales y del empleo para el 2022.
Según el análisis, la recuperación del mercado regional de trabajo irá por detrás de la reanudación del crecimiento económico (con respecto al periodo prepandemia) y la calidad del empleo que se genere podría ser inferior al que había antes de la crisis sanitaria.
“Latinoamérica y el Caribe forman la región para la cual las proyecciones son las menos optimistas y esto se debe a una variedad de razones, pero en resumen no prevemos un retorno de los principales indicadores a donde se encontraban en el 2019 antes del 2023, al menos”, dijo el director del Departamento de Investigación de la OIT, Richard Samans, en una rueda de prensa.
El informe indica que la destrucción del empleo y la reducción de las horas de trabajo han sido tremendamente mayores entre las empresas pequeñas que entre las grandes firmas. Las mujeres, los jóvenes, las personas con baja calificación y los inmigrantes también han sufrido un impacto desproporcionado en términos de posibilidades de trabajo.
Prácticamente todos los indicadores muestran la tensión que hay en el mercado laboral latinoamericano.
Datos preocupantes
Si la participación de la fuerza laboral era del 62.7% en el 2019 en Latinoamérica, el año pasado fue del 60.2%, este año será del 61% y el próximo de 61.2%.
La tasa de desempleo se disparó de 7.9% antes de la pandemia hasta 10% el año pasado, a partir de donde las estimaciones apuntan a que se reducirá a 9.3% este año y a 8.8% en el 2023.
Las mujeres latinoamericanas han sido muy penalizadas, con una tasa de participación en la fuerza laboral de. 49.4% este año, frente a 51.1% que habían alcanzado en el 2019, mientras que la tasa de desempleo femenino pasó de 12.3% a 14.8%.
Según los economistas de la OIT, el empleo no seguirá la misma tendencia positiva de crecimiento económico, que fue de 6% para la región en el 2021, en parte impulsado por un comercio internacional positivo para Brasil y las repercusiones favorables en México el aumento de la demanda en Estados Unidos.
Mientras tanto, la recuperación de las economías caribeñas dependientes del turismo -cuyo producto interior bruto ha declinado en algunos casos hasta dos cifras- irá de la par con la cobertura de vacunación y con el levantamiento de las restricciones a los viajes internacionales.
Panorama mundial
A nivel mundial, la prolongación de la pandemia y la incertidumbre que sigue generando ha hundido las previsiones de recuperación del empleo en el mundo que se tenía para este año, en el que se proyecta que habrá una reducción de 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo con respecto al último trimestre del 2019, lo que duplica el déficit de horas trabajadas que había previsto la OIT.
La estimación anterior para todo el año 2022 era de una pérdida de 26 millones de puestos de trabajo a tiempo completo. La consecuencia es que en el año que se ha iniciado el número de horas trabajadas será un 2% menos que antes de la pandemia y ello porque el mercado de trabajo sigue sufriendo de los efectos de la crisis sanitaria.
Sin embargo, este no es el peor pronóstico del estudio realizado por el organismo técnico de Naciones Unidas, ya que la recuperación asimétrica que ha empezado a verse -entre países de altos y bajos ingresos, dentro de ellos y entre sectores de sus economías- ya ha empezado a provocar “efectos en cadena a largo plazo que podrían desbaratar la recuperación”.