Al cierre del 2023 la economía de China creció 5.2%, registrando uno de sus avances más bajos en la historia, solo superado por los años de pandemia. Para este año el crecimiento sería incluso menor. Según el Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank, la economía del principal socio comercial del Perú viene afectada por la burbuja inmobiliaria, menores exportaciones y una deflación por la baja confianza y consumo, ¿qué se espera para el 2024?
Este año el gobierno chino proyecta un crecimiento económico de solo 5%, por debajo del avance que tuvo en el 2023, mientras que el mercado espera un crecimiento incluso más lento. Tanto Scotiabank como el Fondo Monetario Internacional (FMI) esperan que el PBI de China crezca 4.6% este año, mientras que Goldman Sachs (4.8%), JP Morgan (4.9%), y Morgan Stanley (4.2%), esperan una desaceleración mayor.
En tanto, a diciembre del 2023, la agencia Moody’s rebajó la calificación crediticia A1 de China de estable a negativa, lo que implica que existe un riesgo crediticio bajo debido a que la necesidad de rescates y apoyo gubernamental podría pesar sobre la fortaleza económica del país.
Otro factor negativo es el índice de referencia CSI 300, que refleja el rendimiento del mercado de acciones chino y es utilizado como referencia para evaluar la salud y el comportamiento del mercado. A inicios de febrero este indicador cayó alrededor de 30% interanual y ahora está cerca de su nivel más bajo en cinco años.
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¿Qué problemas seguirá enfrentando en 2024?
Uno de los principales problemas de la economía china actualmente es el sector inmobiliario, que llegaba a representar cerca de una cuarta parte del PBI del país y es donde los hogares destinan el 70% de su riqueza.
Ahora tras el caso de Evergrande y la burbuja del sector inmobiliario, con un volumen de alrededor de 20 millones de apartamentos pre-vendidos sin terminar, China intenta mitigar los riesgos del sector con la flexibilización de las políticas hipotecarias y la eliminación de restricciones impuestas en pandemia, pero hay riesgos de que el problema se prolongue por varios años más. Incluso el Centro Japonés de Investigación Económica advierte que, en 2027, China podría enfrentar un crecimiento de 0% si estalla la burbuja inmobiliaria.
China también enfrenta problemas en la inversión extranjera, que durante el 2023 estuvo en negativo tras una caída de US$ 11,800 millones, lo que representó una baja disposición de las empresas extranjeras a reinvertir en el país.
“La inversión de las empresas fuera de China es clave para ayudar a la recuperación de su economía. Una de las medidas que lanzaría el país como parte de su paquete de estímulos podría estar enfocado en dar garantías a la inversión extranjera”, indica el informe de Scotiabank.
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Además, aunque el año pasado las ventas minoristas crecieron, estuvieron por debajo de las expectativas de mercado. La confianza en la economía china también se ve perjudicada por la menor transparencia en los datos que publica el Gobierno.
Por ejemplo, el año pasado el Gobierno de China dejó de informar sobre la tasa de desempleo juvenil luego de que alcanzará máximos históricos en junio de 2023 y luego volvió a publicarla en diciembre cuando se redujo.
Durante el 2023 la confianza de los consumidores cayó a mínimos históricos, no solo por el alto desempleo que hizo que retengan sus ahorros y minimicen sus gastos, sino también por la crisis inmobiliaria.
Esta caída de la confianza también fue uno de los factores que generó una deflación, una caída de precios debido al menor consumo. Para este año se proyecta que la débil demanda seguirá afectando a los precios, llevando a que los consumidores y empresas pospongan sus compras e inversiones a la espera de nuevas caídas de precios, lo que generará una menor producción, menos salarios y más desempleo.