Los mercados se sorprendieron ayer con el anuncio realizado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) el último domingo, de recortar la producción de petróleo mundial en 1.16 millones de barriles diarios entre mayo y diciembre del año en curso.
De cara al panorama local, esta medida podría complicar la efectividad de la política monetaria al generar presiones inflacionarias, según analistas.
El crudo Brent, cuyo precio es tomado como referencia a nivel internacional, abrió la semana cotizando en US$ 84.77 por barril, lo que denota un incremento de 6.37% respecto de su precio del viernes último (US$ 79.77).
Esta medida tomó desprevenidos a los operadores, quienes esperaban que la producción se mantuviese estable desde el último recorte ocurrido en menos de seis meses. Precisamente, en octubre del 2022, la OPEP hizo un anuncio similar, reduciendo su oferta en 2 millones de barriles por día, lo que impulsó el precio a US$ 93.43 dólares por barril.
La reciente decisión se da en medio de un escenario de altos niveles de inflación mundial, los mismos que han motivado que los bancos centrales reaccionen retirando el estímulo monetario con la finalidad de que el nivel de precios se estabilice.
Países en la región como Chile y Brasil, e incluso EE.UU., además de otras naciones emergentes con metas explícitas de inflación, continúan registrando tasas de inflación superiores a sus rangos meta debido, entre otras causas, al incremento en los precios de la energía, combustibles y alimentos.
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Presiones adicionales sobre la inflación
De acuerdo con el analista económico Juan Carlos Odar, el impacto que este recorte en la producción puede tener sobre el precio del petróleo y, a la vez, sobre los mercados no sería tan marcado a no ser que se trate de una medida permanente y continua.
Pero, considerando la coyuntura actual, cualquier variación adicional en el precio del petróleo puede seguir presionando la inflación al alza, acotó.
Para el caso del Perú, el economista sostiene que la medida de la OPEP se da en un momento en que la corrección (a la baja) en los niveles de inflación está en marcha. Es decir, se observa como la inflación se va moderando gradualmente, aunque en el corto y mediano plazo dicho descenso puede ralentizarse por el alza del petróleo, refirió Odar.
Así, las previsiones de inflación al término del año podrían alejarse de lo estimado por el ente emisor (en torno al 3%), y ubicarse alrededor de 4%, añadió.
En línea con lo anterior, según el último reporte del Banco Central de Reserva (BCR), la inflación a 12 meses tuvo un leve declive, ubicándose en 8.40% en marzo, por debajo de los 8.65% que se registró en el mes previo, y de 8.82% en el mismo mes del año anterior. Ello responde a que ciertos factores, que en el caso peruano habían presionado la tasa de inflación al alza en los últimos meses, se han disipado.
Para Marco Contreras, jefe de investigación de Kallpa SAB, el principal canal de transmisión en la economía peruana –puesto que el país es importador neto de crudo– será la elevación de los precios de los combustibles, por lo que en el corto y mediano plazo se esperaría posibles perturbaciones en la senda de reducción de la inflación.
Asimismo, de continuar el aumento en los precios del petróleo, la labor del ente emisor se tornará mucho más desafiante, lo que provocará que el descenso de la inflación se de en forma progresiva, pero a un ritmo más lento de lo esperado, dijo.
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Otros choques de oferta sobre la inflación
En el Perú, gran parte de la subida de la tasa de inflación en los últimos meses se debió a choques de oferta, como el efecto de las protestas sociales en el sur o las intensas lluvias en el norte y centro del país, aunque estos se han venido diluyendocomo