La pandemia del COVID ha readaptado la forma en que las parejas peruanas se casan. Antes de la llegada de la enfermedad existían hasta cuatro tipo de bodas, según el perfil económico de las parejas.
Carlos Scaglioni, director general de la Feria de Novios, explicó a Gestión que hasta antes de marzo del 2020 se desarrollaban cuatro tipo de bodas: la sencilla, con un gasto promedio de US$ 5,000; las tradicional, con un gasto que oscilaba entre los US$ 10,000 a US$ 15,000; la premium, que demandaba un gasto por encima de los US$ 25,000 y la fastuosa, que podrían llegar a costar hasta US$ 300,000.
No obstante, a raíz del COVID y de las restricciones impuestas por el Gobierno para evitar su propagación -ahora- las parejas apuestan por casarse bajo una boda tradicional, que le supone un gasto de US$ 10,000 a US$ 15,000.
“Antes del COVID, en el Perú se desarrollaban 100,000 bodas al año. La industria de bodas movía -asimismo- cerca de US$ 500 millones al año ya que -antes de la pandemia- se gastaba desde US$ 15,000 hasta US$ 300,000, pero cuando llegó el COVID, la industria se paralizó por completo”, explicó.
Ante ello, la industria tuvo que readaptarse a las nuevas demandas y formas de celebración que impone el COVID.
“Desde julio del 2020 hasta a la fecha, las parejas peruanas -que habían postergado su matrimonio por la pandemia- empezaron a casarse (a través de una boda civil ya que la religiosa todavía está prohibida). Según el AMPE se han registrado hasta el momento 10,000 matrimonios civiles”, precisó.
A reglón seguido, el empresario detalló que -actualmente- se desarrollan “mini bodas” en las que participan como máximo 10 personas de manera presencial, que son generalmente familiares directos de los futuros esposos. Lo que reduce sustancialmente los gastos que incurren los novios.
“Estas mini bodas civiles se realizan generalmente en sitios abiertos, ya sea en casas de campos o de playas u otros sitios donde se mantenga la distancia social exigida por la autoridad y tiene una duración de máximo tres horas”, acotó.
Al haber ahora una menor cantidad de invitados -máximo 10 personas- se reduce sustancialmente los gastos que demanda una boda como el de ‘catering’, servicio al que -antes del COVID- demandaba mayor presupuesto, cerca del 50%.
Otro gasto que se hace -actualmente- es el local, principalmente amplios y al aire libre. A lo que suma la vestimenta de la novia.
El costo de los vestidos de novia -igualmente- se han visto afectados por la pandemia ya que sus precios se han reducido considerablemente. “El precio del vestido de novia a pasado de US$ 1,800 en promedio a US$ 500″, indicó.
“Los novios incurren -ahora- en gastos como el vestido de novia; el terno del novio; el catering para menos personas; la florista u otros servicios. Todo se ha reducido a su mínima expresión. ¿Qué particularidad tienen estas mini bodas civil? que ahora si se celebra el amor ya que antes se invitaba a mucha gente por compromiso, ahora los que participan presencialmente son los familiares directos o amigos muy cercanos de los novios. Antes habían hasta juegos artificiales, drones para los videos y horas locas”, agregó.
Datos:
- La industria de bodas mueve a nivel mundial US$ 54,000 millones.
- El gobierno de Perú -ante las cifras diarias del COVID- todavía no ha dado autorización para celebraciones multitudinarias.
- Alrededor de una boda en Perú participan hasta 12 empresas proveedoras de diversos servicios. Las mismas que a raíz del COVID se ha reducido a su mínima expresión. “Los servicios se siguen dando, pero con la mínima cantidad de gente”.
- En países como Estados Unidos, España, Colombia y México se permite la celebración de hasta 50 personas. “En Perú, se ha dado luz verde a la apertura de gimnasios, casinos y tragamonedas, pero se han olvidado de la industria de las bodas”, puntualizó.
- Las ferias de novios -ahora- son virtuales. La última se desarrolló en abril, en la que participaron 30 proveedores de bodas e interactuaron 1,500 parejas. “Ahora los proveedores se han vuelto especialistas en la nueva forma de celebrar un casamiento. No se puede dejar de trabajar ya que la demanda esta latente”.
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