La UE y Estados Unidos extenderán durante tres años sus acuerdos de cooperación para identificar problemas en las cadenas de suministros de chips y pondrán el foco en analizar el dominio chino en los chips menos avanzados, presentes en buena parte de productos de uso diario.
“La Unión Europea y Estados Unidos comparten preocupaciones sobre las políticas y prácticas de países sin economía de mercado que podrían llevar a efectos distorsionadores o dependencias excesivas para los semiconductores de nodos maduros (‘heredados’)”, señalan ambos socios en la declaración conjunta aprobada tras la sexta reunión de su Consejo de Comercio y Tecnología.
En la misma recuerdan que Estados Unidos inició en enero una encuesta obligatoria entre la industria para evaluar la presencia de este tipo de chips en las cadenas de suministros que sostienen su infraestructura crítica y de seguridad, mientras que la UE también ha empezado a recabar información aunque de forma voluntaria.
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Su intención, explicaron, es compartir la información no confidencial y los datos sobre las políticas y prácticas de los países sin economía de mercado, consultarse sobre sus respectivos planes y, potencialmente, tomar medidas conjuntas para abordar las distorsiones que puedan ocasionar en las cadenas de suministro globales para este tipo de semiconductores.
“Aproximadamente el 60% de los nuevos chips heredados que lleguen al mercado en los próximos años serán producidos por China y sabemos que hay una concesión masiva de subsidios a esta industria por parte del Gobierno chino, lo que podría llevar a enormes distorsiones del mercado. Por eso nos centramos en esto”, dijo la secretaria de Comercio estadounidense, Gina Raimondo, en una rueda de prensa.
Estos chips, pese a no ser los más punteros -caracterizados por su menor tamaño-, están presentes en multitud de productos manufacturados, como automóviles y aeronaves, electrodomésticos, instrumentos médicos, maquinaria industrial o aplicaciones militares.
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“Los semiconductores sostienen toda nuestra economía y será cada vez más el caso conforme avanzamos en la era de la Inteligencia Artificial”, insistió Raimondo, quien dijo que Washington quiere “diálogo constante y vigilancia” por parte de sus socios para hacer frente a los intentos de China de eludir los controles a las exportaciones de tecnología avanzada, incluidos los chips, impuestos por EE.UU. para evitar que Pekín se haga con ella.
En este sentido, la vicepresidenta Ejecutiva de la Comisión Europea Margrethe Vestager afirmó que durante el encuentro se han abordado estos controles a las exportaciones y aseguró que ambos socios combinarán la información de sus respectivas encuestas entre la industria de semiconductores para tomar medidas.
“Nos hemos coordinado desde el primer día para evitar una carrera de subsidios y hacer el mejor uso posible de los incentivos disponibles para EE.UU. y la UE con el fin de aumentar nuestra presencia global en semiconductores y esto nos refuerza. No es contra alguien, es en pro de la cooperación”, dijo.
Más allá de analizar el peso de China en los chips más maduros, Bruselas y Washington se comprometieron a seguir trabajando para identificar alternativas al uso de sustancias perfluoradas (PFAS),, conocidas como “químicos eternos”, en los chips, por ejemplo, explorando el uso de la IA para ello.
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