La invasión rusa ha transformado la misión del Centro de Innovaciones Criminalísticas de la ciudad de Járkov (este), que ahora dedica sus esfuerzos a recopilar con drones pruebas de los crímenes cometidos por Rusia y a volcarlas en un mapa interactivo en 3D que ofrece una visión a la vez panorámica y detallada de la destrucción causada.
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“Nuestra tarea es almacenar de forma virtual pruebas e información tanto de las consecuencias de los crímenes de guerra rusos como de los artefactos con que se han cometido”, dice el responsable del centro, Vasyl Bilous, en una entrevista en su oficina con varios medios, en la que participó EFE.
Profesor, militar y cosaco
Abogado y profesor asociado de ciencias forenses en la Universidad Nacional de Járkov, Bilous se alistó como soldado al inicio de la guerra para defender la ciudad, situada a pocos kilómetros de la frontera con Rusia, para poner después, sin dejar de estar movilizado, sus conocimientos profesionales al servicio de la ingente tarea de documentar los crímenes de guerra.
Entre restos de cohetes, drones y otros tipos de proyectiles con los que Rusia ataca la gran capital del este de Ucrania desde el 24 de febrero del año pasado, este académico con peinado, bigote y maneras de guerrero cosaco explica con energía desbordante cómo sus “pájaros” fotografían o escanean con láser las zonas y los objetivos alcanzados por Rusia.
El dron más utilizado en las misiones de recopilación de información que dirige Bilous es el cuadricóptero Mavic 3, un aparato desarrollado en China y equipado con una cámara de alta resolución que permite tomar las imágenes que luego se suben al fondo documental digital.
El tipo de dron varía según la naturaleza de la misión y lo remoto de los lugares investigados. Bilous y su equipo también utilizan sus drones para misiones de búsqueda y rescate de víctimas de bombardeos rusos.
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Un mapa a todo detalle
“Este es el resultado de nuestro trabajo”, dice Bilous orgulloso, mostrando en el monitor que tiene en su oficina un mapa interactivo de Járkov que el usuario puede agrandar hasta ver en tres dimensiones imágenes de los daños causados por los proyectiles rusos, acompañadas de información de las circunstancias en que se produjo cada ataque.
“Este modelo se ha hecho mediante el escaneo de los objetos, lo que nos permite conocer al centímetro la distancia y el tamaño de cada elemento”, explica el profesor de ciencias forenses.
El nivel de detalle de estas digitalizaciones da, además, la posibilidad de reproducir físicamente como maquetas de proporciones exactas las escenas de cada uno de los crímenes.
“La maldad rusa tiene que ser castigada por la justicia ucraniana y por la internacional”, dice sobre el objetivo último de su trabajo, que pasa por asistir “a la Policía, la Fiscalía y otros órganos del Estado que investigan crímenes de guerra”.
Decenas de miles de crímenes de guerra
En aproximadamente un año y medio de guerra, las autoridades ucranianas han registrado decenas de miles de crímenes de guerra cometidos por Rusia en territorio de Ucrania, buena parte de ellas con bombardeos y ataques contra zonas o infraestructuras civiles como los que estudia Bilous.
Este volumen de casos, y la necesidad de reparar algunos de los desperfectos provocados por los ataques, hace imposible para los órganos del Estado ucraniano conservar todas las pruebas necesarias para enjuiciar dichos crímenes de guerra ante la justicia internacional o en los tribunales ucranianos.
Ucrania ha empezado a llevar a cabo, generalmente con la ausencia de los acusados, algunos de estos procesos, y trabaja con sus aliados internacionales para impulsar la creación de un tribunal especial que juzgue la agresión militar rusa.
Además, Kiev colabora con la Corte Penal Internacional y la Unión Europea para recabar evidencias que puedan ayudar a castigar a los responsables de las violaciones de las leyes y costumbres de la guerra cometidas en Ucrania.
El trabajo del Centro de Investigaciones Criminalísticas de Járkov permite guardar para siempre algunas de las pruebas que se utilizarán, si un día llegan a darse estos procesos, sin que ocupen lugar o se degraden o pierdan por el paso del tiempo.
Con información de EFE