A pesar de su minúsculo tamaño, el fitoplancton es uno de los componentes más importantes en la Tierra, ya que puede producir oxígeno y absorber el carbono que emitimos, además de que también sirve como alimento de los peces que eventualmente consumimos. Es por ello que la NASA trabaja en una misión de observación del océano desde el espacio, cuyo lanzamiento se realizó hoy, 8 de febrero.
Cabe mencionar, que el lanzamiento se postergó hasta dos veces debido al mal clima, pero finalmente se concretó el día de hoy a las 00:45 horas (hora peruana).
La NASA lanzó el satélite PACE (Plancton, Aerosol, Nube y Ecosistema Oceánico) desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida, cuyo objetivo será observar el océano y recopilar datos sobre los colores de la luz que se refleja en él. Esto permitirá ubicar los lugares en los que proliferan los diferentes tipos de fitoplancton.
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PACE analizará más de 100 longitudes de onda diferentes y se trata del primer satélite científico en hacer este trabajo a escala global, lo que llevará a identificar el fitoplancton por especies desde el espacio.
¿Qué es el fitoplancton y por qué es realmente importante?
Cuando hablamos de fitoplancton, se trata de organismos extremadamente pequeños que flotan en la superficie de los diversos cuerpos de agua que existen en la tierra. Este organismo, al igual que las plantas, realiza el proceso de fotosíntesis con el fin de absorber luz solar y dióxido de carbono, que luego transforma en el oxígeno que utilizamos para respirar, pues más del 50% del oxígeno que consumen los seres humanos viene del agua.
Además, produce carbohidratos, que son azúcares, los cuales hacen que el fitoplancton sea el centro de la red alimentaria del océano: nutre a los peces y mariscos que luego son consumidos por los peces y mamíferos más grandes.
A pesar de que el fitoplancton constituye menos del 1% de la biomasa de la Tierra, proporciona alrededor del 45% de la producción primaria mundial. Sin el fitoplancton, la mayoría de las redes alimentarias oceánicas colapsarían, pues los peces pequeños no tendrían qué comer para sobrevivir, lo que luego afectaría a los más grandes, obligándolos a acercarse cada vez más a la superficie con el fin de conseguir alimento. No solo eso, sino que con el colapso de este sistema, los seres humanos que dependen de los peces para alimentarse también sufrirían las consecuencias.
Al realizar su proceso de fotosíntesis, el fitoplancton absorbe el dióxido de carbono de la atmósfera, y lo que hace con este elemento depende de la especie de fitoplancton.
Ivona Cetinic, oceanógrafa biológica del Laboratorio de Ecología Oceánica en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, señala que el fitoplancton es muy diverso, y que cada una de sus especies tiene diferentes características que le permite ocuparse de diferentes tareas importantes en los sistemas de la Tierra.
Algunas especies incorporan el carbono en su exterior, formando algo similar a una cáscara. Cuando mueren, las cáscaras se hunden y llevan el carbono a las profundidades del océano. Otras especies se ajustan a cierto nicho para comedores exigentes, como las ostras, que solo comen fitoplancton de tamaño específico. Hay otra especie que puede capturar el carbono mediante la fotosíntesis y permanece en la superficie hasta que el organismo muere y libera el carbono nuevamente a la atmósfera.
Cetinic espera que PACE pueda brindar una visión global de la diversidad del fitoplancton oceánico para entender más sobre el flujo global del carbono en los océanos.
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El fitoplancton nocivo
Sin embargo, no todo el fitoplancton es beneficioso para los ecosistemas, pues existen algunas especies que pueden producir toxinas que resultan dañinas para los seres vivos, tanto terrestres como acuáticos.
Estas proliferaciones de algas nocivas pueden alterar el balance de los ecosistemas, las proliferaciones de cianobacterias, por ejemplo, pueden arruinar el agua potable y el uso recreativo del agua con sus toxinas.
Científicos han estado utilizando algunos datos satelitales para localizar y monitorear estas proliferaciones y las condiciones que las causan, PACE debería ayudar a descifrar estas especies y condiciones, para así poder reducir el impacto que tienen en los ecosistemas y prevenir futuras proliferaciones.
Si bien PACE no será el primer satélite que nos permita ver el fitoplancton desde el espacio, sí ampliará significativamente la capacidad para distinguir y rastrear el fitoplancton todos los días alrededor del mundo.